Cartas que nunca leerás

Día 15.

Día 15.

Querido amigo:

Nuevamente me encuentro frente al ordenador deseando no estar aquí, como ya sabrás siempre que te escribo es porque estoy al borde del abismo, he perdido la salida, ésta vez no hay escapatoria, estoy mal pero apenas puedo notarlo. La ausencia de felicidad es notoria, y la presencia de mi soledad es abundante, no sólo me siento sola, realmente estoy sola. Mi alma me tortura, se niega a permanecer en mi cuerpo, quiere salir y ser libre, pero si la dejo ir, me quedaré sin nada más.

Akane y Amver me hacen visitas cada noche, me susurran cosas al oído, me piden que haga cosas por ellas, no soy tan fuerte, a veces tengo que hacer lo que otros me piden, así, por lo menos uno de los dos será feliz, es obvio que nunca soy feliz yo... Tengo que confesar que las ideas que proponen sobre la escritura en mi piel me resultan fascinantes, hace tiempo que no lo hacía, cada trazo es un sentimiento liberado y yo, yo tengo tanto que expresar. Tanto que decir, pero a nadie a quién decírselo. Me sobran personas que pregunten, pero me faltan personas que de verdad se interesen en mí, personas que conozcan mi historia y aun así sigan aquí, ni yo permanecería a mi lado.

A veces escucho cosas, me da miedo siquiera contarte, no quiero que de mí tú puedas alejarte, eres mi único amigo, yo sé que no soy constante en mis cartas, pero sé que eso no te molesta, ya que si no escribo para ti eso significa que estoy, tal vez no bien, pero al menos estable, ahora mismo siento que mis emociones me asfixiaran y de la nada moriré, para mi desgracias no será una muerte física, sino emocional, pero vamos, ¿se puede morir más?

Amigo, quisiera contarte más, pero ahora mismo mis ojos están inundados en lágrimas, mis manos están entumecidas y yo, está por demás decir que ya no puedo más. Desearía que estuvieras aquí para decirme que todo estará bien, que nada ha de lastimarme si estás tú para cuidarme. Pero sé que con el tiempo mi pesar desaparecerá. Y seré feliz.

Por hoy es todo, querido amigo, cuídate mucho.

Hasta pronto.

Tu siempre amiga... La Srta. Elfen Goldsmith