Día 21.

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Día 21.

Querido amigo:

"Un sabio dijo: Cuando puedas contar tu historia sin lágrimas en los ojos sabrás que por dentro ya te curaste."

¿Recuerdas mis cartas anteriores? ¿Esas en las que te cuento sobre la vida de mis padres o mi infancia interrumpida?

Bueno, espero que hoy tengas ganas de leer, porque tengo mucho que escribir y poca paciencia para hacerlo.

Cuando papá se fue de casa todo cambió, en un principio creía que había sido para mal, sufrí y me lamenté mucho por su partida, su abandono me destrozó, me dejó hecha un mar de lágrimas.

No sé cómo tomarás lo que a continuación escribiré, pero espero que ésta y las próximas cartas las tomes lo mejor posible y tengas la mente abierta para cualquier tipo de parecido con la realidad.

Papá se enteró de la infidelidad de mi mamá cuando yo tenía seis años menos que ahora, fue un suceso bastante terrible, cuando la bomba explotó yo me encontraba en el interior de la casa, a lo lejos pude oír los gritos de mis padres, en ese momento no supe que estaba sucediendo, cuando salí al patio para ver qué pasaba, noté que mi padre se encontraba furioso, me quedé pasmada pues segundos después vi como él empezaba a golpear a mi madre con los puños, no tengo palabras para explicar lo que en aquel entonces sentí, el terror, la frustración, la parálisis, el miedo, la duda, incontables sentimientos me inundaron ese día; mi madre intentaba cubrir su rostro pero ya era demasiado tarde, para cuando lo hizo el daño ya estaba hecho.

Todos intentaron calmarlo, y alejarla de él, pero nuestros intentos fueron en vano, todo había terminado. No quisiera volver a juzgar a mi madre, ni preguntar las razones que tuvo para cometer tal adulterio, porque aún hoy en día quizás no las entendería.

Vi a mi madre ser golpeada por milésima vez, pero la siguiente siempre era peor que la anterior pero menos terrible que la próxima.

Sólo que ésta vez sería la definitiva, todo acabaría en ésta ocasión. Cuando mi padre se aproximó a mi todo me temblaba, mis manos sudaban y mi corazón estaba al mil. Se me acercó y dijo - ¿ya lo sabías y nunca me lo dijiste?- Su tono fue de decepción, de dolor. Tuve que volver a mentir para no herirlo. No quería hacerlo pero las circunstancias y sus palabras me obligaron. No quería, de verdad que no quise hacerlo, perdón.

Yo siempre lo supe, lo supe desde el inicio, ¿Soy un asco no? Y sé que no hay excusa válida para tal traición, callé y fue lo peor que pude haber hecho, cuando lo supe tal vez tendría como diez años o un poco más, me dejé llevar por las mentiras de aquel entonces de mi madre. Yo sabía la verdad pero me dejé engañar porque en el fondo quería que fuera eso, sólo una mentira más. Después de todo, absolutamente todo el mundo miente, hasta cuando decimos que no mentimos, también lo hacemos.

Y así fue cada vez, yo descubría una mentira de ella y ella la cubría con otra más grande, pasaron cinco años, y durante esos cinco largos años ella siguió y siguió, hasta que la mentira ya no pudo crecer más y detonó.

En aquel entonces culpé a mi mamá, la culpé de todo, le reclamé y renegué de ella, una y mil veces más.

A mi papá siempre lo tuve en un concepto de "héroe" era mi mundo, mi felicidad, mi orgullo, mi todo.

Lo admiraba como nunca admiré a nadie, lo amaba, a él sí puedo jurar que lo amé, por sobre todas las cosas yo lo aceptaba, lo presumía y siempre, siempre estuve feliz de que fuera mi padre, a pesar de que siempre llegara de mal humor, o fuera el más agresivo, así, con todos esos defectos, yo lo amé como nunca amaré a nadie.

Mi padre solía ser siempre frío, distante, un poco insensible y práctico para decir las cosas, él leía mucho, ahora entenderás porque amo escribir, pero siempre tuvo otras expectativas de lo que solía ser una familia "perfecta" por desgracia nosotros no estábamos dentro de ese concepto.

Todo el tiempo que viví con él tuve que hacer cosas para que me quisiera, toda mi vida he tenido que esforzarme demás para que la gente me quiera, para mi padre nunca fui suficiente, ni suficiente cariñosa, ni suficiente atenta o comprensiva, él siempre necesitó más, quizás por eso es que ahora soy capaz de la humillación total con tal de ser un poco querida, no importa que mi integridad sea denigrada con tal de que la otra persona sea feliz.

Eso se dio también a causa de que mi papá se fue con otra familia y yo tuve que vivir ese infierno sin siquiera preguntarme qué es lo que yo quería.

Tengo que irme, esperaba escribir más pero mamá me ha pedido que le ayude con algunos deberes del hogar, y bueno, no quisiera hacerla enojar.

Después de todo, ya no la veo, me mude de casa hace poco más de un mes, vine de visita para acompañarla y porque ya casi cumplo años, ella no quiere que lo pase sola, así que... bueno ya te imaginarás como me siento.

Detesto ese día.

Hasta pronto.

Tu siempre amiga... La Srta. Elfen Goldsmith

Cartas que nunca leerásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora