Día 18.

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Día 18.

Querido amigo:

"Se te hizo fácil olvidarme, reemplazar las horas y los recuerdos, reinventar caricias en otros labios... Se te hizo fácil. Pero ya me acostumbré a esto de no hablarte, a no esperarte... a no insistir. Te olvido de a poco, pero a veces suelo ser tan frágil como el llanto y te extraño."
-Gabriel García Márquez

Son las tres con nueve minutos, la madrugada apenas comienza y mi insomnio ya es permanente. Me encuentro perdida, estoy a la deriva y quizás, nunca encuentre una salida, para mi desgracia tú, tú no estás aquí, me pregunto si estarás bien, me pregunto si pensarás en mí tanto como yo pienso en ti.

Sin tu compañía los minutos me parecen horas y las horas, días completos.
Me siento herida, tengo el corazón lastimado, mi única compañía es la noche, los recuerdos y la melancolía, me hace falta tu presencia, tu mirada, me hace falta tu hombro para llorar en él, en pocas palabras me haces falta tú.

Soy como una hoja de papel, una de esas en las que con tanto esmero escribo para ti, una hoja usada y desgastada por tantas correcciones...

Tengo todo lo que no quiero, y lo que quiero en ésta noche no lo tengo, no tengo nada, en ésta noche sólo me faltas tú.

Querido amigo, donde quiera que te encuentres quiero que sepas te quiero, que te necesito, que eres todo para mí, eres mi mejor y único amigo.

Seguramente estarás dormido y para cuando leas ésto será demasiado tarde pues ya habré encontrado la forma de estar bien, habré encontrado la forma de aliviar este sufrir, de nuevo saldré al mundo fingiendo que todo está bien, que todo va mejor que nunca, fingiré ser feliz, pero en el fondo sabré que no, que no es así y que todo va mal, que me haces falta.
Si pudieras estar aquí te haría sentir que eres lo más importante para mí, y seguramente te sentirás ahogar con mi empalagosidad, pero no podría ni por un instante dejarte respirar sin mirar cuando lo haces, estar pendiente de cada pestañear que tengas, de cada expresión tanto facial como corporal, estaría pendiente de cada detalle de ti, querido amigo... Me haces falta hoy más que nunca y por eso acudo a ti en esta como en muchas otras noches de insomnio.

Quería desahogar un poco de mi malestar, hay una persona que no puedo sacar de mi corazón y aunque sé que no le tengo aún le espero, espero su regreso, sé que me ha cambiado por alguien mejor, por alguien más interesante, alguien mayor, mucho más madura, mucho más bella, seguramente más inteligente y más perfecta en todo el sentido de la palabra. Por desgracia yo no le puedo olvidar. Pero bueno, no te quiero asfixiar con mi inagotable necesidad de afecto...
Ahora mismo me encuentro escuchando una canción que mi amigo secreto me envió, me da consuelo, me da tranquilidad pero al mismo tiempo siento que mi corazón saldrá de mi pecho y se irá a dónde él se encuentra. Mis ojos derraman lágrimas pero yo no sé porqué, hoy te necesito más que nunca. Y a pesar de que te lo repito tanto sé que no puedes cambiar ese terrible hecho de que la distancia nos separa. Pero no será por mucho tiempo, sé que algún día nos veremos y nuestro mirar se encontrará, lo sé.

Querido amigo, por hoy es todo, me despido de ti, no sin antes prometerte que algún día nos veremos, espero que eso suceda lo antes posible, mientras tanto cuídate y se feliz.

Hasta pronto.

Tu siempre amiga... La Srta. Elfen Goldsmith

Cartas que nunca leerásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora