"La depresión no quita la esperanza, quita la alegría"
Querido amigo:
Las cosas en mi vida son cada vez peores.
Por más de que intento salir adelante no puedo. Hago todo lo posible.
Pronto iré a la universidad, me busqué un empleo, voy a volver a mis terapias, voy a hacer ejercicio, haré mil cosas, tantas que no me permitan ni un minuto pensar en nada más. Entre más ocupada esté menos tiempo tengo de extrañar a nadie...Por más de que avanzo, no veo ninguna salida. Me encuentro atrapada en este cuerpo, mi alma quiere volar, quiere ser libre.
No encuentro consuelo.
Ya sé que todos dicen que me "calme" que todo va a estar "bien" que no tengo depresión y que sólo estoy fingiendo para llamar la atención, pero no es verdad, ellos no saben lo que es estar en éste infierno, no entienden mi sufrir. No saben lo que es estar en un constante abismo, a la espera de que todo el dolor acabe, que todo sea un mal sueño. Sólo una pesadilla. Pero que cada día sea exactamente igual.
No saben la desesperación por la que paso, no conocen la ansiedad y lo que eso provoca, paso noches enteras aterrada por lo que veo y escucho en mi cabeza que ya no puedo ni dormir, la ansiedad me hace arrancarme el cabello, rasguñarme, morder mi lengua, querer disiparlo por otro medio... Es fácil decir que sea feliz, que olvide que tengo depresión. Pero ellos no saben, no entienden la frustración por la que paso, dicen que tengo todo para ser feliz, que hay gente peor y tal vez sea así, pero lo mío también es real. Yo no elegí estar enferma.Te escribo porque como siempre no tengo a nadie más a quién contarle, estuve a punto de cometer una estupidez, le he enviado un mensaje a mi mamá pidiendo su ayuda, pero no ha respondido, seguramente está agotada. Debería dejarla dormir.
Iré a intentar tranquilizarme.
Estoy agonizando. Pero la agonía parece eterna. Mi corazón palpita tan rápido que podría jurar que saldrá de mi pecho, mis ojos lloran tanto que apenas si puedo ver lo que escribo, mi boca está seca y mi garganta tiene un nudo del tamaño de un planeta, mis manos tiemblan sin parar, mis piernas no me responden, el pecho me duele, no me permite respirar, me siento ahogar, la tristeza me está asfixiando. Ya no puedo más.
Por favor, quiero ser feliz. Merezco ser feliz.
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Cartas que nunca leerás
Novela JuvenilInexistente. • Para cuando leas ésto habrán pasado horas, tal vez días, inclusive años, o quizá, nunca leas ésto. • •Así como mis cartas desparecían por horas, días, e inclusive meses, él también lo hacía, y así, en la distancia, yo lo quería.• •De...