Cartas que nunca leerás

Así transcurre otro día más sin ti.

Querido Zach.

Ya se han cumplido tres meses desde que te fuiste.
Recuerdo que el mismo día antes de irte me prometiste que volveríamos a hablar, pero no dijiste cuando.
Dijiste que recordara cuánto me querías y lo mucho que mi persona significaba para ti. En ese momento no te hice mucho caso, no sé en qué rayos pensaba, te dije que me dijeras que me querías pero no hacia falta, pues lo hacías con cada palabra.
¿Sabes? De vez en cuando me gusta pensar en ti, y preguntarme si tú también piensas en mí, pero sé que no puedes hacerlo, las circunstancias ya no te lo permiten.
Tengo que confesar que he vuelto a mis antiguos vicios, intenté resistir, pero Amver no me deja, dice que lo que hice fue lo mejor, que tenía cosas acumuladas y hacerlo era la mejor opción, la única manera de seguir sin hundirme.
Ya no tengo donde escribir, ya no tengo donde escribir para ti, al perder mis escritos te pierdo a ti, y así yo no sé vivir.
No sé porque la vida aquí tiene que ser tan difícil, supongo que en el lugar donde te encuentras tú, todo es más fácil. A veces, me gustaría ocupar tu lugar. Desaparecer así como lo hiciste tú parece tan tentador, pero mi conciencia no me permite hacerlo, tengo personas aquí que me necesitan, y por ellas tengo que seguir, aunque eso suena egoísta, sólo anclo mi existencia a otros para que la desesperación por tu aucensia no me consuma.
Ojalá que algún día no volvamos a encontrar, tal vez en otro sueño o en otra vida.

Hasta pronto, tu siempre amiga.

La Srta. Elfen Golsdmith.