Capítulo 4: Sin cubrebocas

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...Oh, pero tú nunca conocerás este amor,
...Oh, but you will never know this love.

Nunca conocerás este dolor,
Will never know this pain,

Nunca conocerás lo que siento por ti,
Never know the way I feel for you,

Tú, nunca conocerás este toque,
You will never know this touch,

Nunca conocerás esta vergüenza,
Will never know this shame,

Nunca conocerás la forma en la que quiero que lo hagas...
Will never know the way I want you to...
🎶 🎶 🎶

Estaba terminando de revisar uno de los documentos que debía tener listo para mañana a las 8:00 a

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Estaba terminando de revisar uno de los documentos que debía tener listo para mañana a las 8:00 a.m. cuando me di cuenta que hacía falta la firma del señor Hai Kuan, y no estaría aquí mañana tan temprano.

—No, no, no —Me apresuré a revisar los demás y me di cuenta que era el único, el reporte final —Carajo —Me apresuré a tomar el teléfono con la esperanza de que Li Deshi aun estuviese en su puesto, pero pasaban de las 6:00 p.m. Ya debía haberse ido. No contestó —Mierda.

Miré el escritorio desesperado, entonces me levanté con el folder en la mano y una pluma.

—Por favor que esté en su oficina, que este en su oficina...

Esperé a que el elevador se abriera, entonces presioné el botón tantas veces que posiblemente lo descompuse.

— ¡Rápido!

Miré el recibidor vacío, asi que me tomé el atrevimiento de tocar la puerta metálica, pero no se escuchó nada.

— ¡Oye! —Gritó alguien a mi espalda — ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

Brinqué por el susto, entonces noté que era Wang Rong.

—Yo... yo solo estoy buscando al jefe...

—No está ahí —Caminó molesto hacia mí, asi que me alejé unos pasos — ¿Para qué lo quieres a esta hora?

—Ne... necesito que firme esto —Levanté el folder.

—El jefe está ocupado ahora mismo. Tráelo ma...

— ¿Aún está en el edificio? —Pregunté emocionado.

Frunció el ceño.

—Eso no te incumbe.

Entonces está en el edifico.

—Es urgente, es necesario para una de las transferencias... Y es para mañana a las 8:00 a.m.

—Carajo —Se llevó las manos a la nuca. Entonces miró el reloj en su muñeca.

Imperfecta atracción | YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora