Cuando era niño, mi madre me había regalado varias novelas infantiles, eran 11 libros en total. Los tenía guardados en alguna parte de mi departamento... bueno, no en una parte cualquiera, estaban en el pequeño mueble junto a mi cama. Eran los únicos regalos que tenía de mamá actualmente, así que tenerlos junto a la cama me hacia sentirla un poco más cerca.
Me empezaron a gustar las novelas desde que ella me leía para antes de dormir, podíamos pasar mucho tiempo hablando de algún libro, pero cuando ella empeoró en su enfermedad y tuve que ingresarla al hospital, yo dejé de leer, nunca le decía a las personas que era una acción que me gustaba hacer, porque la verdad ya no sabía si me gustaba. No quería que me obsequiaran libros, porque la única que lo había hecho era mamá...
Quería que se sintiera incorrecto que él me obsequiara una saga de libros, pero realmente no se sentía así... necesitaba con desesperación odiar su gesto, pero la verdad era que hacía a mi pecho sentirse cálido. Hacía que mi cuerpo sintiera dolor, pero no dolor de enojo y aborrecimiento, sino de anhelo, anhelo de que viniera a la habitación y me hablara de verdad.
Quería entenderlo, quería saber porque la mirada de cariño en los ojos de Jing Tong, quería saber porque siempre venía y me hacia una pregunta para saber si estaba bien, quería saber porque parecía que estaba enojado de que habitara su casa, pero a la vez no me dejaba ir... quería hacerle muchas preguntas, porque estaba sediento de respuestas. Pero ahí estaba el miedo, ese miedo que me lo estaba gritando desde el fondo de mi cabeza, pero yo la estaba ignorando, porque no quería ir ahí, no quería que eso fuese verdad. Yo quería irme, quería correr, necesitaba hacerlo, esta no podía ser mi vida, no podía ser así, me negaba a aceptarla, aunque al hacerlo me provocara dolor a mi mismo, estaba dispuesto a vivir con ella por el resto de mi vida.
En la mañana, cuando escuché sus pasos al bajar las escaleras, apenas pasaban de las 7:00 a.m. pues me había dado cuenta que era un persona madrugadora, así que mi cuerpo se había acostumbrado a eso, a despertar antes de que él saliera de su habitación.
Mi respiración se aceleraba cuando me daba cuenta que en cualquier momento podría entrar a donde yo me encontraba. Nunca me había quedado con él a solas para este momento, siempre estaba Jing Tong, así que él nunca tenía que venir a verme por la mañana. Me debatí entre ponerme de pie y bajar o esperar a que me diera espacio para yo mismo buscar mi desayuno cuando me quedara solo, aunque para ese momento fuese un poco tarde de lo usual. No me sentía cómodo bajo las cobijas, así que al final me puse de pie y fui hasta los sillones, y seguí con mi lectura.
Habían pasado muchos minutos, minutos en los que creí que tal vez él ya se había ido, pues no escuchaba nada; entonces fue cuando a mis oídos llegó el sonido de él subiendo las escaleras. Mi ritmo se aceleró mientras lo escuchaba dirigirse hacia aquí. Apreté el libro a la espera de que apareciera en el umbral de la puerta. Nunca tocaba, así que no me sorprendió que no lo hiciera. Lo miré entrar con una charola, por lo que me sorprendí y me puse de pie de inmediato. Al parecer le asombró no encontrarme en la cama, así que se quedó de pie por unos segundos en la puerta.—Jing Tong no está —Dijo, entonces caminó hasta poner la charola con el plato y el vaso en la mesita de centro de la pequeña salita. Entendí que lo que dijo era la justificación del por qué era él quien traía el desayuno.
—Ayer me mencionó que ya no vendría.
Me quedé observando su atuendo completamente negro, y me di cuenta que nunca antes lo había visto con ropa de otro color.
—Puedes moverte ahora —Me miró a los ojos después de enderezarse por dejar la charola —Esa era la condición a lograr para que ella volviera a su rutina.
—Está bien —Se quedó observándome por varios segundos, así que fui el primero en desviar la mirara y observé la charola —No es necesario que traiga el desayuno, puedo bajar a buscarlo por mi mismo...

ESTÁS LEYENDO
Imperfecta atracción | YiZhan
Fiksi PenggemarLos buenos y los malos existen, así como las reglas también, aunque ellas siempre están solo para romperse. En un mundo omegarverse donde ser un omega es sinónimo de nunca conseguir algo de manera sencilla, Xiao Zhan decidirá mantener una mentira, u...