Capítulo 22: Reclamarte

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Mi conciencia fue una bruma de Yibo obligándome a tomar algo horrible, así como de alguien acariciando mi piel

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Mi conciencia fue una bruma de Yibo obligándome a tomar algo horrible, así como de alguien acariciando mi piel... esa piel que estaba en carne viva y el mas mínimo rose me era molesto, pero entonces el frío me invadió, una sensación helada abrazó la lumbre que me quemaba y volví a caer en el sueño profundo.

Para cuando abrí mis ojos, una vez más, reconocí las paredes que me rodeaban. Estaba en mi habitación en la casa de Yibo.

*¿Fue un sueño?*

Pero el ardor sobre mi pecho seguía, así que definitivamente había ocurrido. Quise moverme, pero el dolor no me dejó mucho. Solté un gemido agonizante.

Unos pasos se acercaron y fue cuando lo miré. Yibo se había acercado desde la pequeña estancia que tenía en la recamara. Su rostro estaba demacrado, pero podía jurar que tal vez no tanto como el mío.

—No te acerques —Solté de repente, por lo que, se detuvo abruptamente. Su rostro me demostró que era algo que veía venir. Me contemplo en silencio y noté sus manos apretadas en puños. Podía ver sus nudillos blancos —Vete.

—No.

—No quiero verte, ni hoy, ni...

— ¡No!

— ¡Vete!

El solo hecho de gritar hizo que gimiera de dolor, por lo que, volvió a caminar hacia mí.

— ¡No te acerques! —Intente alejarme, pero el dolor era demasiado.

— ¡Detente! —Me tomó del brazo.

— ¡No me toques! —Comenzó a acomodarme de nuevo en la cama, pero pelee — ¡Eres un maldito hijo de puta! ¡No quiero tus manos sobre mí! —Sentí la sal en mi boca. Lágrimas desenfrenadas estaban corriendo por mis mejillas.

—Debes descansar —Ignoro mis insultos y me puso de nuevo en la cama —Debes tomar las me...

—Te odio —Escupí y lo miré detenerse mientras tomaba el vaso de agua y una caja de pastillas de la mesita de noche —Te odio como jamás creí odiar a un ser humano... o el maldito monstruo que eres tú.

Movió su mandíbula mientras cerraba sus ojos. Estaba tragando lentamente mis palabras.

*¿Le dolían tanto como a mí me estaba lastimando pronunciarlas? Esperaba que sí, porque era lo menos que merecía.*

Lentamente abrió los ojos y observó el agua, entonces me miró. Sus ojos estaban rojos, sus ojos que antes me habían escondido todo... ahora querían mostrármelo, pero decidí observar hacia otro lado.

—Toma las pastillas... por favor —Su voz sonaba cansada, por primera vez lo notaba.

No me giré a observarlo mientras se ponía de pie y lentamente salía de la habitación. Mis lágrimas antes silenciosas esta vez se volvieron escandalosas.

Imperfecta atracción | YiZhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora