Chris sobrevoló el área del desastre con el helicóptero, consternado. No pudo acercarse demasiado, debido a la densa nube de polvo en suspensión que la cubría por completo. Aquello le hizo saber que apenas hacía una hora que la casa había sido arrasada.
—Ellos no están ahí —Jill afirmó, convencida, intentando darle ánimos.
—Sé que no están ahí —el comandante respondió, con voz grave, sin dejar de observar la situación.
—¿Pero cómo...? ¿Cómo han hecho esto? ¿Y cómo se los han llevado? No hay señales de vehículos por ningún lado... —Jill quiso saber, confusa.
—Una avioneta ha amerizado en el lago que hay a un kilómetro de aquí —él explicó, con voz fría.
—Los rescataremos —la castaña dejó claro, mirándolo decidida.
—¿De dónde cojones los rescataremos, Jill? —él estalló en ira, por fin.
Su compañera sintió una oleada de alivio, al ver cómo Chris dejaba de comportarse como un autómata. Sin duda, el shock recibido lo había conmocionado. Pero si él, por fin, había hecho aflorar su carácter brusco y vehemente, es que estaba empezando a asimilar lo sucedido e iba a intentar solucionarlo.
—No puedo aterrizar en el lago. Este helicóptero no está equipado para hacerlo. —Sin añadir nada más, hizo servir las comunicaciones del aparato—. D.C., ordenó, cuando un hombre respondió a través de la radio—, reúne a Nadia y a Damian. Sin preguntas, ¿entendido?
—Entendido, comandante —D.C. afirmó con voz marcial, totalmente conforme—. ¿Dónde nos encontraremos?
—Tú ve al aeródromo situado en las coordenadas que te envío. Hay un Hummer H1 aparcado ahí, al final de la pista de helicópteros, con un rastreador en los bajos delanteros. Quiero que lo analices, que lo disecciones, si es necesario. Y que extraigas de este todos los datos que nos puedan servir. Informa en la base que yo te he ordenado recogerlo. Pero no digas ni una sola palabra más. El resto, que se reúnan contigo donde tú determines. Y enviadme la ubicación.
—¿Aviso también a la chica maravillas? —D.C. quiso saber—. Nos haría un gran papel. Y es discreta.
—La chica maravillas te está escuchando ahora mismo —Chris anunció, mostrando una sonrisa malvada.
Jill observó a Chris enarcando una ceja, sorprendida y molesta.
—Entendido, jefe. En breve recibirás las coordenadas. Corto y cierro.
—¿La chica maravillas? —Jill preguntó a su comandante, mirándolo con indignación.
—No preguntes. Sea como sea, voy a intentar aterrizar junto al lago. Necesito saber quién cojones ha hecho esto, para poder rescatar a mi hermana y a Leon. Y para hacérselo pagar.
—Es muy peligroso —Jill objetó, preocupada.
—Me importa un mierda, si lo es. ¿Preparada, soldado?
Ella asintió, convencida, sobreponiéndose a sus temores.
De pronto, algo tiró con fuerza del helicóptero hacia abajo, haciéndolo descender bruscamente. Tomado por sorpresa, Chris miró por la ventanilla, intentando ver qué era lo que los estaba arrastrando hacia el suelo sin remedio. Jill también observó a través de su ventanilla, con urgencia. Lo que ambos vieron los dejó pasmados. Una figura extrañamente humanoide, brutalmente grande y al parecer muy pesada, estaba colgada de uno de los patines del helicóptero, aferrada a este como si el propio patín hubiera atravesado la enorme bola que tenía por mano.
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☆꧁RESIDENT EVIL - SACRIFICIO꧂☆
RomanceSituada inmediatamente después de los sucesos de "Infinite Darkness". Hace tiempo que Leon Scott Kennedy, muy a pesar de sí mismo, ya no ve a Claire Redfield como una niña, sino como a una mujer fuerte y resuelta a la que está demasiado acostumbrado...