Capítulo 13 - Ecos del pasado

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Aún permanecían en pie unas estrechas escaleras que ascendían hacia el sótano superior, en dos tramos. Sin embargo, la pared que debía protegerlas, había desaparecido por completo, y en su lugar tan sólo había escombros esparcidos por doquier. Aquello les permitió ver parte de la estructura de aquel complejo subterráneo, que parecía desarrollarse, en dos semiestructuras aisladas la una de la otra, alrededor de una especie de gran ágora interior, que formaba un recinto en forma de cuadro diáfano de, al menos, trescientos metros cuadrados. Desde su posición, no eran capaces de ver si dicha estructura central se elevaba hasta el nivel más alto del sótano. Pero lo que hizo que estuviesen seguros de que lo hacía, fueron los enormes pies, de al menos tres metros de largo cada uno, pertenecientes a lo que parecía ser una titánica figura con forma humanoide, al menos en sus extremidades inferiores, de la que no pudieron alcanzar a ver nada más que hasta sus inmensas rodillas. Por cómo era la parte de su anatomía que vieron, aquel mutante colosal debía de medir alrededor de treinta metros, si no más. Jamás, ninguno de ellos se había enfrentado a un monstruo de semejante envergadura, y aquello, aunque fuese por unos instantes, los dejó impresionados. El titán debía haber permanecido, hasta hacía nada, amarrado a las paredes por gruesos cables de acero y, sin duda, también sedado. Sin embargo, algo había sucedido que lo había liberado. Y ahora, la bestia se debatía en su cautiverio, derribando paredes a todos los niveles del complejo, mediante fuertes patadas y puñetazos. No obstante, el gigante no suponía una amenaza inmediata. Lo que, realmente, les preocupó, fue contemplar la enorme cantidad de zombis que deambulaban entre las piernas de este, como auténticos descerebrados. También había varios cerberos, y uno de estos, dándose cuenta de su presencia, corrió a atacarlos con saña. Pero Leon fue más rápido y, sin piedad, le llenó el cráneo de cartuchos. El perro se desplomó a un escaso metro del grupo, babeante.

—¡Subid, rápido! —el agente urgió a los demás—. No sabemos cuánto tardará este engendro brutal en cargarse toda la estructura. Debemos ascender lo más rápido posible, mientras podamos—. Derribó a varios zombis que se hallaban peligrosamente cerca del grupo, y las rápidas detonaciones que escuchó, le hicieron saber que los demás estaban haciendo lo mismo.

Rápidamente, el equipo de la B.S.A.A. ascendió al segundo sótano, seguido por Claire y por Leon, quien cubría la retaguardia. Cerraron la puerta —que aún se mantenía en pie— tras ellos, y se dedicaron a escrutar la negrura con los haces de sus linternas.

—Despejado por el momento —D.C. anunció.

—Continuemos, entonces —Chris ordenó.

Pero el comandante no tuvo tiempo de dar un paso, siquiera, pues escuchó la voz de Claire, reclamando su atención.

—Chris, Leon —la pelirroja llamó la atención de ambos, quienes la miraron, sorprendidos—. No puedo perderos a ninguno de los dos, ¿entendido? Y si seguís con esa actitud furiosa y vengativa contra Wesker, es lo que acabará pasando —los reprendió duramente, clavando en ellos una mirada decidida—. Así que, antes de seguir, recuperad la sangre fría, les ordenó.

—¿De qué estás hablando? —Leon quiso saber, mirándola sorprendido.

—Estoy hablando de que jamás te había visto tan furioso, tan desatado, tan deseoso de venganza, hasta que te encontraste con Wesker de nuevo —le dejó claro—. Y tú, Chris, veo en tus ojos la misma sed de venganza que puedo ver en los de Leon. Y me preocupáis; ambos. Os lo ruego, centrémonos en salir de aquí, sólo en salir de aquí y en hacerlo con vida.

El agente federal y el comandante de la B.S.A.A. cruzaron sus miradas y se entendieron sin palabras.

—Pides demasiado, pelirroja —el rubio respondió, con voz fría.

☆꧁RESIDENT EVIL - SACRIFICIO꧂☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora