Capítulo 14 - El fin

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—Claire, por lo que más quieras, mira al frente —Chris le pidió, con urgencia.

El sótano superior era una zona más amplia, que conectaba con el lado opuesto del ágora a través de un largo corredor que atravesaba esta por completo. A diferencia de los dos sótanos inferiores, la pared que daba al ágora estaba completamente acristalada. Y lo que vieron a través de los cristales los dejó conmocionados. La titánica cabeza del coloso se mostró frente a ellos, en medio de la destrucción que este seguía causando sin cesar. La bestia todavía no los había descubierto. Pero si no eran cautos y salían de aquel horror rápidamente, acabaría por hacerlo. Y entonces, estarían perdidos.

—¡No quiero mirar! ¡No quiero vivir! ¡Lárgate y déjame! —su hermana respondió, dándole un nuevo empujón, llena de rabia.

Por un momento, Chris la contempló, desolado. Había hecho caso a Leon y a su propio corazón, la había sacado de aquella sala sin darle oportunidad de decidir. Y acababa de darse cuenta de que, con ello, no le había salvado la vida, sino que se la había destrozado.

—Leon no querría que murieras aquí —le aseguró, con voz suave, tomándola por la barbilla para hacer que lo mirara.

Ella le devolvió una mirada vidriosa.

—Él es toda mi vida —respondió, sin más, clavando en sus ojos toda la determinación que la caracterizaba.

—Claire, por favor, salgamos de aquí. No podemos hacer nada, ahora. Mira a qué nos enfrentamos, por favor —le rogó una vez más, desesperado.

Súbitamente, el fuerte sonido de una alarma se impuso sobre el estruendo de la destrucción que el titán estaba causando.

«Secuencia de autodestrucción iniciada. La cuenta atrás se completará en cinco minutos»

Inmediatamente después, y procedentes de la pared frontal del ágora, fueron abriéndose numerosas compuertas situadas a varias alturas del sótano. El agua comenzó a inundar el recinto, a los pies del titán. De pronto, el coloso comenzó a proferir enormes gritos de dolor y de rabia. Y también el enjambre de zombis y cerberos que habían deambulado entre sus pies. El dolor que sentía hizo que el enorme engendro multiplicase el ímpetu y la fuerza con que estaba llevando a cabo la destrucción de aquel lugar, en un vano intento por escapar.

—Eso no es sólo agua —D.C. aseguró, observando el fondo del agujero, horrorizado.

El nivel del agua había comenzado a subir rápidamente. Y los cuerpos que se observaban flotando en esta no eran tales, sino meros trozos de carne que se iba desmembrando hasta desaparecer.

—Ácido —Jill dijo en voz alta lo que todos ellos pensaban.

—Ácido fluorhídrico, en concreto —una voz puntualizó, junto a las escaleras que debían conducirles al recinto de la fábrica—. En cuestión de minutos, de todo esto no quedará más que una enorme sima que hará desparecer cualquier cosa que entre en contacto con esta. Incluida la vieja fábrica.

Del otro lado del corredor, Albert Wesker los observaba mostrando una sonrisa sádica. Realmente, estaba disfrutando con todo aquel horror y destrucción.

—Pero antes, yo me habré marchado de aquí con la señorita Redfield en mi poder, si no es mucha molestia —declaró, con cinismo.

—Eso será sobre mi cadáver —Chris lo retó, lleno de rabia.

—Sin problema. Será todo un placer para mí, poder complacerte.

Chris iba a lanzarse hacia Wesker para embestirlo a la carrera, cuando un fuerte ruido procedente de las escaleras inferiores hizo que todo su equipo, e incluso el rubio de gafas oscuras, centrasen su atención en estas. Varias detonaciones pudieron ser escuchadas, y después, los pasos rápidos de alguien que subía a toda prisa se dejaron oír.

☆꧁RESIDENT EVIL - SACRIFICIO꧂☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora