—Este hombre lleva muerto más de una semana —Nadia opinó, cubriéndose la nariz con la mano para protegerse del fuerte olor a descomposición que había en el cuarto.
Chris asintió, de acuerdo con ella.
—No parece que le hayan agredido. Aún así, no puedo creer que su muerte sea una coincidencia —el comandante dijo, pensativo—. Da un aviso a la Policía local, para que se encargue de este asunto. Y reunámonos con D.C. y con Jill en la presa Génesis. El tal Gutierres acaba de convertirse en nuestro único objetivo.
—¿Qué es lo que le sale de la mano? —Damian preguntó, de pronto. Sin esperar respuesta, caminó hasta el cadáver del hombre que yacía tumbado sobre la cama, medio descompuesto, abrió su puño derecho sin miramiento, rompiendo los dedos, que habían sido presa del rigor mortis, y extrajo de este un papel arrugado excepto en una punta, que había sobresalido de la mano y que era la que a él le había alertado.
—Mira que eres bruto —Nadia afirmó, mirándolo con reproche.
—Él ya no se entera. Y nosotros no tenemos tiempo para delicadezas —su compañero respondió, mirándola con una sonrisa inocente. Alisó el papel lo mejor que pudo y se lo pasó a Chris para que pudiese leerlo.
—«No voy a seguir siendo cómplice de esta aberración. Que Dios me perdone» —Chris leyó con voz neutra, después.
Nadia y Damian miraron a su comandante, muy serios. Y los tres se entendieron sin palabras.
—D.C., Jill, ¿habéis localizado a nuestro objetivo? —Chris preguntó inmediatamente, a través del micrófono del pequeño auricular que llevaba acoplado a su oreja derecha.
—Positivo —la voz de D.C. se hizo escuchar, inmediatamente después—. Pero no sé qué vamos a poder sacarle. Está muy nervioso, como si le faltara un chute de algo. Parece medio desquiciado.
—Comandante, su cuerpo está empezando a mostrar una coloración azul muy extraña, es como si toda su piel estuviese siendo atravesada por rayos azules, que se van ramificando —Jill informó, después.
—Joder... Tened cuidado. Lo más probable es que le falte una dosis de inhibidor del Virus-T. Sonsacadle rápidamente todo lo que podáis y estad alerta —ordenó—. Nosotros llegaremos ahí en diez minutos.
—Entendido, comandante.
—Andado —ordenó a sus subordinados—. Este asunto ya no es cosa nuestra.
Tardaron no más de diez minutos en llegar al pequeño edificio desde donde se gestionaba la presa Génesis. Aún así, cuando entraron en este, DC y Jill los aguardaban ante el horrendo cadáver de un B.O.W. que parecía haber muerto en mitad de una dolorosa mutación. Su rostro aún conservaba rasgos humanos, excepto en la mirada, ahora fija en la nada, que se mostraba desquiciada. Una pierna era humana, la otra parecía un bate de beisbol enorme lleno de pinchos, acabado en un pie de reptil. Sus brazos no eran más que amasijos de carne mutada, que todavía no había alcanzado su forma definitiva. Y su cabeza era brutalmente grande y descompensada.
—No le hemos permitido terminar —D.C. anunció lo obvio—. No hemos querido arriesgarnos. Pero antes de que empezase a transformarse, le hemos sacado la información que necesitamos. Este pobre tipo no quería mutar, Chris; no eligió esta vida por propia voluntad —se lamentó, con tristeza.
—¿Acaso alguien lo hace?
—Algún loco hay, sí. No olvidemos que estos monstruos poseen una fuerza brutal y una capacidad de resistencia inhumana. Y según tú nos has dicho que tu hermana te contó, Kennedy se enfrentó a una mutación de Jason totalmente dueña de sí misma y de sus propios actos —argumentó—. Espero equivocarme, pero creo que, en esta ocasión, nos enfrentamos tanto al Virus-T, como a una nueva variación del Virus Progenitor, mucho más peligrosa por ser apta para crear B.O.W.s con capacidad de autogestión.
ESTÁS LEYENDO
☆꧁RESIDENT EVIL - SACRIFICIO꧂☆
RomanceSituada inmediatamente después de los sucesos de "Infinite Darkness". Hace tiempo que Leon Scott Kennedy, muy a pesar de sí mismo, ya no ve a Claire Redfield como una niña, sino como a una mujer fuerte y resuelta a la que está demasiado acostumbrado...