Capítulo 17

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Val: —Entonces, ¿vienen o no chicas? —pregunté, porque todavía estaban sentadas en el sofá.

Eva: —Sí, está bien —suspiró. Obviamente no quería venir, tal vez Juliana estaba obligándola. Agarró sus llaves y se dirigió a la puerta—. Voy a buscar el auto al porche. Las veo ahí.

Esme: —Oh, mierda, me olvidé mi cartera —dijo volviendo a mi habitación.

Inmediatamente Juliana me agarró y me besó, empujándome gentilmente contra la pared. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, apretando los dedos en su cabello.

Juls: —Mmm, te he extrañado —murmuró contra mis labios.

Val: — ¿En serio? No tenía idea. ¿Podrías hacerlo más obvio? —bromeé, haciéndola reír.

Me besó de nuevo, chupando ligeramente mi labio inferior, pidiendo entrar. Ansiosamente abrí mi boca para ella; metió su lengua, explorando cada parte de mi boca, provocando que sienta mariposas en el estómago. Alguien se aclaró la garganta y nosotras saltamos alejándonos, pensando que era Eva. Afortunadamente no lo era, era Esme. Tenía la sonrisa más grande que alguna vez había visto en su cara.

Esme: —Ustedes dos se ven calientes juntas —declaró, sonriéndome. Juliana se rió y pasó su brazo alrededor de mis hombros.

Juls: —Ángel se ve caliente con quien quiera que esté. —Sonrió y besó mi mejilla suavemente.

Esme: —Aww, ¡eso es tan dulce! —arrulló poniendo una mano sobre su corazón y mirándola con adoración. Puse los ojos en blanco.

Val: —Oh, ¡vamos! Vamos a llegar tarde si no nos vamos ahora. —Agarré su mano y la empujé hacia la puerta. Me di la vuelta y le tiré mis llaves a Juliana, quien cerró la puerta delantera detrás de ella. Mientras me entregaba las llaves, sus dedos rozaron los míos a propósito, haciéndome gemir un poco en la parte posterior de mi garganta.

Esme: —Oye July, no te importaría ir atrás con Valen, ¿verdad? Realmente me quiero sentar en el frente —dijo desde el auto, guiñándome un ojo.

Vi a Eva negar con la cabeza a Juliana, obviamente pidiendo ayuda. Juliana sonrió en su dirección.

Juls: —No. Está bien, si quieres ir en el frente. —Me miró por la esquina de su ojo y le sonreí sutilmente a Esme. Amaba a mi mejor amiga; bendita sea, me estaba dando algo de tiempo con ella.

Me subí a la parte de atrás y Juliana se deslizó a mi lado, presionando su rodilla contra la mía. Puse las manos en mi regazo y sonreí. Se estiró y tomó mi mano, sujetándola con fuerza y poniéndola en el asiento del medio y movió su pierna para taparla de la vista en el caso de que Eva se diera la vuelta. Aunque no había muchas posibilidades, teniendo en cuenta que estaba manejando, pero supongo que es mejor prevenir que lamentar. El toque casual de Juliana me estaba enviando chispas de electricidad a través de mi brazo. Me mordí el labio y miré por la ventana, luchando con el deseo de sujetarla y besarla hasta que no pudiera respirar. Después del más largo e insoportable viaje en auto, llegamos a la bolera. Está bien, eso fue un poco exagerado, sólo duró diez minutos, pero todo el tiempo estuve luchando conmigo misma para no saltar sobre ella y sujetarla con fuerza.

Éramos ocho jugando a los bolos: Julia, Eva, Esme, Cam, Sergio, su novia Terri, que había traído a su hermano Mark, que había venido desde la universidad y yo. Parecía que a Juliana le había desagradado Mark instantáneamente por alguna razón. Estaba siendo lo suficientemente educado, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos. En realidad me estaba divirtiendo a pesar de estar perdiendo completamente. Era terrible en los bolos y la única razón por la que había venido era para estar con mis amigos. Lo más destacado de toda la experiencia fue ver a Juliana jugar. Cuando ella se inclinaba para lanzar la bola, obtenía una perfecta visión de su trasero, y apenas podía contener mi disfrute.

LA CHICA QUE SE ESCAPA POR MI VENTANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora