Capítulo 3

1.7K 147 9
                                    

8 años después...

Me desperté con la familiar sensación de ser aplastada; me retorcí empujando mi hombro hacia atrás, Juliana movió su peso ligeramente.

Estaba abrazándome en cucharita por detrás, respirando profundamente en la parte trasera de mi cabello. Su pesado brazo cubriéndome, sujetando mis brazos en mi pecho, sostenía mi mano apretadamente, nuestros dedos entrelazados, su pierna tirada casualmente sobre mí. Rápidamente silencié la alarma de mi teléfono y la codeé en el estómago.

Val: ―Seis en punto ―murmuré somnolientamente cerrando los ojos.

Juls: ―Diez minutos más Ángel, todavía estoy cansada ―murmuró ella empujándome más fuerte contra su pecho.

Val: ―No, no ni diez minutos más... La última vez se convirtió en una hora Eva casi te atrapa aquí ―murmuré codeándola en el estómago una vez más. Movió su brazo e inmovilizó mis manos en la cama cerca de mi cabeza, en una posición de oración.

Juls: ―Sólo diez minutos más Ángel ―se quejó. Suspiré y cerré los ojos de nuevo, no había forma de discutir con ella cuando estaba así, simplemente no tenía la energía a esta hora de la mañana para pelear con ella, ambas nos deslizamos de nuevo en el sueño, instantáneamente.

Eva: ― ¡Valentina, será mejor que ya estés lista! ―gritó mi hermana, golpeando la puerta. Me levanté de un salto y también Juliana, era más de las siete.

Val: ―Er… sí, estoy lista ya Eva ―grité en respuesta, mirando a Juliana que estaba frotándose la cara, luciendo un poco aturdida.

Eva: ―Bien, voy a desayunar... Apúrate, Juliana conducirá hoy así que está lista para irnos en media hora ―llamó a través de la puerta antes de caminar a zancadas por el pasillo.

Juls: ―Caray Ángel.. ¿por qué no me despertaste? ―acusó frunciendo el ceño. La miré en advertencia y le di mi mejor mirada de muerte.

Val: ― ¡Lo hice estúpida! ¡Dijiste “diez minutos más” y luego me inmovilizaste en la cama para evitar que te codeara! ―gruñí sarcásticamente, haciendo una mala imitación de su voz.

Ella sonrió burlonamente y me empujó de vuelta a la cama, sujetando mis manos sobre mi cabeza y rodando sobre mí.

Juls: ― ¿Te inmovilicé en la cama? ¿Estabas soñando conmigo otra vez Ángel? Podría hacerte ese sueño realidad ―se mofó, con su rostro a centímetros del mío.

Val: ― ¡Ya quisieras! Ahora apártate de mí Juliana y ve a alistarte.. Conduces hoy, aparentemente ―siseé, asintiendo hacía la ventana.

Ella suspiró y se levantó de mí colocándose sus jeans y camiseta, trepó por la ventana silenciosamente cerrándola detrás de sí al irse, caminé hacía ella y la aseguré antes de dirigirme a la ducha más rápida de todos los tiempos.

Exactamente veintiséis minutos después, caminé con dificultad hacía la cocina con un ceño fruncido, Juliana estaba allí apoyándose casualmente contra la encimera comiéndose mi cereal. ¡Maldita sea, todas las mañanas! Su cabello estaba con sus hondas en su usual apariencia de apenas salí de la cama, que para ser honesta sí lucía así cuando acababa de salir de la cama. Todo lo que hacía siempre era deslizar sus manos por todo su cabello unas cuantas veces y listo como si nada pasara.

Se veía igual que todas las mañanas, como una maldita supermodelo; usaba jeans desgastados de cintura baja que dejaban ver un poco su abdomen y siempre hacía que las chicas se derritieran. Hoy estaba usando una camiseta media corta, color blanco que mostraba su cuerpo perfectamente marcado y una chaqueta negra, con un maquillaje muy natural, sus ojos marrones estaban brillantes con diversión mientras me miraba.

LA CHICA QUE SE ESCAPA POR MI VENTANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora