Capítulo 23

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Debemos habernos quedado dormidas porque desperté con Juliana toda desparramada encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve! Eva ya debía estar en casa. La sacudí para que despertara.

Val: —Hey, me tengo que ir son más de las nueve —dije intentando desenredarla de mí. Gimió.

Juls: —Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente. Sonreí, se veía tan linda cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas.

Val: —Juls no es de mañana, aún es noche pero me tengo que ir. Eva se estará preguntado ¡dónde estoy! —expliqué, finalmente sacándola de encima de mí y levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia ella, sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja. Sacudió su cabeza.

Juls: —No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. La empuje y gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.

Val: —Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer —dije, encogiéndome de hombros. Suspiró con resignación.

Juls: —Sí, yo también —admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui hacia la puerta.

Juls: —Hey espera, te acompañaré a la puerta. —Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.

Val: —Adiós Lupita. Adiós Panchito —dije.

Panchito: —Adiós cariño —respondió sin sacar los ojos de la televisión. Lupita me sonrió.

Lupita: —Adiós Valentina ¿Se divirtieron? —preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar.

Juliana rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.

Juls: —Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla.

Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a Juliana mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, ella estaba parada en su porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y es que sólo vivía como a 9 metros.

Eva estaba sentada en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.

Narra juliana

Eva: — ¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupada!. Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.

Val: —Lo siento, estaba en lo de Juliana. Lupita me invitó a que me quedara a cenar y pensé, viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola —dije encogiéndome de hombros.

Eva: — ¡Amo las cenas de Lupita! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.

Val: —Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.

Eva: —Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.

Val: —Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi cuarto.

Eva: — Valen espera un minuto. Necesito hablarte de algo —dijo, acariciando el sofá junto a ella, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.

Val: — ¿Qué pasa Eva? —pregunté preocupada, se veía realmente molesta por algo. Tomó un profundo respiro.

LA CHICA QUE SE ESCAPA POR MI VENTANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora