Capítulo 18

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Cuando la película terminó Juliana fue a su casa, a decirles a sus padres que se iba a quedar aquí y a agarrar un cambio de ropa. En realidad tenía ropa de repuesto en mi habitación, pero no podíamos decirle exactamente eso a nadie. Eva y Esme estaban haciendo más palomitas de maíz. Ahora íbamos a ver Terminator Salvation, porque la mayoría no la había visto. Fui al baño. Cuando salí alguien me agarró y me empujó contra la pared. Al principio pensé que era Juliana pero luego me di cuenta que esta persona no era lo suficientemente alta. Mi corazón comenzó a correr, el miedo formándose en mi estómago. Mark se rió y estrelló sus labios contra los míos, bruscamente, sujetando los lados de mi cara para que no pudiera moverme a ningún lado. Traté de apartarlo, pero no se movía. Me mordisqueo el labio, pidiendo entrar, así que apreté mi boca, cerrada, y subí mi rodilla tan fuerte como pude contra su ingle. Me soltó inmediatamente, inclinándose y gimiendo.

Val: —Te lo dije. Esos son veinte dólares que me debes —dije con dulzura mientras pasaba junto a él y me dirigía a la sala con una sonrisa triunfante pegada a la cara.

Juliana estaba sentada de nuevo en el sofá así que rápidamente tomé el lugar junto a ella antes que alguien más lo hiciera.

Juls: — ¿Estás bien? —preguntó, mirándome y sonriendo.

Val: —Sip —contesté, haciendo estallar la "p". Sonrió.

Juls: — ¿Qué es tan gracioso? Me reí.

Val: —Mark —contesté, sonriendo. Justo en ese momento, Mark entró a la sala, cojeando ligeramente con su mano sobre su ingle, luciendo como si estuviera ligeramente adolorido. Tiró un billete de veinte dólares en mi regazo y se sentó en el otro lado de la habitación. Juliana estalló en carcajadas.

Juls: —Esa es mi chica —susurró, haciéndome sonreír.

Después de que todos se habían ido era casi medianoche. Esme y yo fuimos a la cama, dejando a Juliana y Eva en la sala. Le guiñé un ojo a Juliana, mientras me iba a la cama y decidí ponerme el más pequeño de mis pijamas esta noche así podía sentir su piel contra la mía. Me puse mis rosados shorts cortos que tenían encaje púrpura contra la costura. Los combiné con una camiseta apretada del mismo rosado con un poco de encaje púrpura sobre los pechos. Me miré en el espejo y de repente me puse nerviosa. Tal vez me debería cambiar, ¿estaba dando la impresión equivocada? Me mordí el labio. No, está bien, me ha visto con esto antes así que lo usaré. Volví a mi habitación y Esme me silbó.

Esme: — Wow Valen, deberías hacer un pequeño viaje a la cocina para tomar un poco de agua o algo. Dale a July algo con lo que soñar —sugirió, mirándome de arriba a abajo. En realidad esa no era mala idea, de otra forma no lo vería hasta la mañana.

Val: — ¿Eso crees? —pregunté nerviosamente. Asintió con entusiasmo así que decidí hacerlo antes de arrepentirme—. Está bien —dije riendo mientras abría la puerta.

Esme: — ¡Adelante! Dale una emoción —hizo señas con entusiasmo cuando dudé en la puerta.

Tomé una respiración profunda y caminé por el corredor con confianza. Por la forma en la que está construida nuestra casa tienes que pasar por la sala para ir a la cocina. Me pavoneé en la sala con mi pequeño pijama.

Val: — ¿Alguien quiere algo para tomar? —pregunté inocentemente, caminando junto a Eva y Juliana, que estaban sentadas viendo el canal de deportes.

Eva: —No, gracias —contestó sin siquiera mirarme.

Los ojos de Juliana se pegaron en mí, su mirada literalmente siguió cada uno de mis movimientos, con la boca ligeramente abierta y los ojos amplios. Me mordí el labio para no reírme. Oh sí, ¡totalmente valió la pena!

LA CHICA QUE SE ESCAPA POR MI VENTANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora