Capítulo 33

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Cuando me desperté por la mañana mi cabeza estaba palpitando. Gemí. En verdad no necesitaba un dolor de cabeza encima de todo lo demás que iba a ir mal hoy. Juliana todavía estaba dormida así que salí de la cama, intentando no despertarla. Me dirigí a mi baño para tomar una ducha. Aún estaba bajo la regadera, intentando desesperadamente no llorar mientras pensaba en la "nueva familia" de mí padre. ¿Qué en la tierra iba a decirle a este chico Lucho? Suspiré y salí de la ducha, enrollándome con una toalla.

En silencio, intenté convencerme a mí misma que este chico Lucho probablemente ni siquiera querría hablar conmigo hoy y que me estaba preocupando por nada. No era culpa del chico que mi padre se casara con su madre y lo hicieran mudarse aquí. Demonios, él probablemente necesitaría un amigo ahora mismo porque acabaría de dejar todo y todos los que le importaban detrás.

Caminé hacia la cama, mirando a Juliana. Parecía tan tranquila que casi no quería despertarla. Me senté en el borde de la cama y tomé su mano, sabiendo que necesitábamos prepararnos para el colegio.

Val: — ¿Juliana? —susurré. Se despertó al instante, lo que no era inusual, a ella normalmente le costaba mucho levantarse.

Juls: —Hola —se sentó y me miró tristemente. Sonreí de modo tranquilizador; estaba preocupada por mí, lo podía notar.

Val: —Hola —contesté, entrando otra vez en la cama y acostándola conmigo—. Estoy bien, deja de estresarte —prometí, suavizando las líneas fruncidas de su frente. Suspiro y sacudió su cabeza.

Juls: —Estoy aquí si quieres hablar. ¿Lo sabes, verdad? —preguntó, mirándome intensamente. Ella era simplemente demasiado adorable algunas veces, de verdad no me la merecía.

Val: —Lo sé Juls, pero estoy bien. Solamente vamos a superarlo y ver lo que tiene que decir este chico hoy —sugerí, encogiéndome de hombros.

Inclinó su cabeza y besó cada pulgada de mi rostro, haciéndome reír, antes de que se alejara hacia la ducha. Cuando entramos en el aparcamiento del instituto una hora más tarde, Esme se acercó saltando hacia un lado del coche con una sonrisa en su cara. Abrió mi puerta.

Esme: — ¡Estoy oficialmente enamorada! —me anunció, orgullosa. Me reí.

Val: —De verdad. Vale... felicidades —contesté sarcásticamente, poniendo los ojos en blanco. Ella se rió.

Esme: —Lo digo en serio. Hay un chico nuevo hoy y él está ¡caliente! —Abanicó su cara dramáticamente.

Me quedé pasmada; apostaba que era él, mi nuevo hermanastro. Bueno eso era perfecto, ahora Esme se iba a enamorar de él y estaría obligada a pasar el rato con él. Genial, simple y jodidamente genial.

Val: — ¿Chico nuevo? —pregunté tranquilamente. Juliana me acarició la espalda gentilmente.

Esme: — ¡Oh, diablos sí! Deberías verlo, es delicioso, pero tú tienes a Juliana así que lo he reservado —dijo sonriendo y saltando a mí lado—. Aún no sé su nombre, Caliente McTottie, le queda bien sin embargo. —Ella movió sus cejas hacia mí, y no pude evitar reírme. Eva envolvió su brazo alrededor de sus hombros.

Eva: —Sabes, no estoy acostumbrada a que no me quieras, Esme. No estoy segura si me gusta este nuevo comportamiento —le dijo, dándole su sonrisa coqueta. Ella suspiró con aire soñador.

Esme: —Siempre te querré Eva, es simplemente algo de carne fresca sobre la cual babear. Creo que tendrás que trabajar más duro por mi atención a partir de ahora —bromeó, parpadeando hacia ella mientras se encogía entre sus brazos. Eva realmente parecía muy sorprendida y un poco enfadada—. Así que necesito descubrir todo sobre él. ¿Me ayudaras? —preguntó, deslizando su brazo por el mío. Demonios no.

LA CHICA QUE SE ESCAPA POR MI VENTANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora