Me despertó el sonido de mi alarma del teléfono, miré a mí alrededor preguntándome por qué estaba en la sala de estar, entonces recordé el sueño. Juliana seguía dormida como siempre, sus brazos y piernas estaban encima de mí, sujetándome bajo su peso; sonreí y la miré unos minutos antes de que decidiera despertarla amablemente. Usualmente, sólo le pegaba un codazo y la empujaba pero pensé que hoy sería un poco más creativo, que le gustaría eso.
Me moví hacia adelante empujando su hombro, ella rodó sobre su espalda, sin quitar sus brazos de mí, así que me arrastró con ella y me levantó de manos y rodillas para quedar a horcajadas, antes de poner mi peso de nuevo sobre ella. Acaricié su hermoso rostro un par de veces antes de que pusiera mis labios ligeramente, ella suspiró un poco en su sueño así que la besé de nuevo, un poco más fuerte y por más tiempo.
Comenzó a excitarse y sofoqué una risita. Está bien, sé que soy nueva en todo esto pero esta chica parecía sacar mucha lujuria de mí. Fue un poco embarazoso pero al mismo tiempo me hacía sentir querida, necesitada y atractiva, la besé de nuevo y recorrí su pecho con mi mano.
Ella comenzó a moverme, sus brazos apretando a mí alrededor, sujetándome a su pecho a pesar de que ni siquiera estaba despierta; la besé de nuevo y avancé por su labio con mi lengua.
Eso llamó su atención; abrió los ojos y me miró claramente sorprendida pero con una sonrisa jugando en el borde de sus labios.
Juls: —Espero que esa sea la manera en la que me despiertes a partir de ahora —dijo con voz ronca.
Val: —Tal vez si eres afortunad —bromeé. Puso una mano detrás de mi cabeza y me hizo besarla de nuevo. Mordió mi labio inferior pidiéndome que entrara pero la alejé haciéndola gemir. —Tienes que irte Juls—Me liberé de ella y me senté, todavía a horcajadas.
Podía sentir y ver en su mirada el deseo que tenía, lo que me hacía anhelarla de una manera que no había pensado hasta ahora. Sonrió y puso sus manos sobre mis rodillas y me miró sentada encima de ella, sus ojos estaban tan lujuriosos que estaba sorprendida que no me suplicara por sexo aquí y ahora.
Ni siquiera se movió, sólo se quedó ahí con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro; esta no era realmente una buena posición para sentarse.
La sensación de tenerla abajo de mí se estaba convirtiendo en algo enloquecedor. Me pregunté que se sentiría cuando me tocara, recorriendo mi cuerpo con sus manos; me mordí el labio mientras una ola de deseo de apoderaba de mí.
Los sentimientos eran tan confusos, tan extraños para mí. Nunca había querido si quiera besar a alguien, mucho menos los pensamientos que ahora comenzaban a formarse en mi cabeza.
Val: — ¿Qué me estás haciendo? —susurré, confundida de que me sintiera así: querer a alguien cuando generalmente eludía todo contacto físico por lo que mi padre solía hacerme.
Juls: — ¿Qué quieres decir? —preguntó mirándose un poco confundida. Negué con la cabeza; no podía explicarlo, especialmente no a ella. Necesitaba que fuera capaz de esperarme. Si le dijera cómo me sentía, probablemente lo arruinaría todo. —Dime que quieres decir, Ángel. ¿Por favor? —rogó, usando su cara de cachorro en mí. ¡Demonios! ¡Eso siempre funcionaba y lo sabía!
Val: —No quiero Juls —Me alejé y me recosté a su lado.
Juls: — ¿Por favor? —susurró, mirándome con sus ojos suplicantes. Suspiré.
Val: —No sé lo que me está pasando. Un día no puedo si quiera soportar que alguien me toque y al siguiente... —Mi voz se debilitó, insegura de cómo terminar la frase sin darle una impresión equivocada.
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LA CHICA QUE SE ESCAPA POR MI VENTANA
Hayran KurguSinopsis: Esta es la historia de Valentina, quien simplemente no puede dormir, ni estar sin Juliana, que pareciera vivir una doble vida: durante el día es fanfarrona, exasperante y mujeriega, mientras que por las noches es dulce y comprensiva. Julia...