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[CS]

Capítulo 13: Ahora somos más fuertes.

Hoy es 13 de junio, es decir, cumpleaños de Chloe, es decir, Janik estresado porque no sabe que organizarle.

—Janik... —intentó Avery llamar su atención.

—No lo entienden, quiero hacer algo que supere todos los festejos que ustedes le han hecho —explicó el pelinegro tachando en su lista las ideas que no le convencían.

—Les dije que no era buena idea contarles el tipo de fiestas que hacíamos —murmuré en dirección a mis amigas.

—Eso es imposible. No es por autoalagarnos, pero somos muy buenas organizando sorpresas —presumió Prairie acomodando su melena con la risa de Cody al fondo.

—Ayuda —pidió rendido con un pequeño puchero en los labios.

—Está bien —interrumpió Owen con la vista fija en su celular—. Este es el plan...

—Cállense, ya viene —volvió a hablar Janik, viendo como su novia se acercaba a nosotros.

[🌩️🌩️]

—Vamos tarde —avisó el rubio cuando subí a su auto.

—No encontraba los platos dorados.

—Janik debe de estar al borde de la histeria.

—Pero si él nos pidió específicamente que regresáramos a mi casa por...

—¿Las cosas que olvidaste?

—Chloe no dejaba de llamarme —me excuse viendo su perfil mientras conducía.

El viaje continuó en silencio, no fue tan largo, probablemente solo escuché 4 canciones en el transcurso de mi casa a la plaza.

—¿Dónde estarán? —pregunté forzando la vista.

—¿No crees que todo sería más fácil si te pusieras los lentes? —cuestionó tomándome de la muñeca, arrastrándome hacia la mancha dorada que mi vista me permitía ver—. Es decir, ¿para qué tienes lentes si no los usas?

—Me da pena. —murmuré.

Ya de cerca pude apreciar como nuestra idea tomaba forma. Luces de navidad doradas cubrían 3 lados de 4 simulando una cortina, los globos donde rezaba la palabra "Feliz cumpleaños" estaban siendo colocados en el lado donde no había luces por Cody, mientras Avery le decía hacia donde moverlos.

—¿Dónde estaban? —reprochó una montaña de cojines blancos parlante.

—Mejor ahórrense los comentarios por el momento y ayúdenos —intervino otra montaña de cojines cafés.

—Se me han caído un par de veces —volvió a hablar una de las montañas—. La última fue porque Pairare me empujó.

—¡Eso no es cierto!

—¡Pero si yo vi tu mano empujándome!

—Bueno, si fui yo. Pero fue para que te relajaras.

—No fue nada relajante tener que volver y recogerlos.

—Se dice "gracias".

—¿Por qué te diría gracias?

—De nada —contestó mi amiga pelirroja aún cubierta por los cojines.

Tanto Owen como yo tomamos un par de cojines revelando la cara de angustia de Janik y la sonrisa de Prairie.

Los cuatro dejamos todos los cojines alrededor de la mesa de baja estatura ya montada, rápidamente extendí el mantel blanco a lo largo de esta.

TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora