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Capítulo 17: Ya tengo los boletos.

Habían pasado semanas desde que había visitado a Owen, intentaba llamarlo todos los días con la esperanza de que por fin aceptara salir de su casa para distraerse, pero siempre eran las mismas respuestas:

"Estoy cansado" "No estoy de humor para salir" "Estaba a punto de irme a dormir" "Hoy no, Lorelai"

De cierta manera lo entendía, pero aun así no paraba de intentarlo.

Por lo que sabía, Cody y Janik también le llamaban, pues yo recibía varios mensajes y llamadas del castaño preguntando si Owen había aceptado salir para distraerse. Había algo que me hacía mucho ruido y era la insistencia del chico para saber si su amigo contestaba mis llamadas.

Durante la noche, después de haber terminado de hablar con el castaño, mi cabeza empezó a recolectar todos los recuerdos que tenía sobre las veces que Cody había estado sobre el rubio mientras estábamos en la casa del lago.

Un pequeño rompecabezas mental se empezó a crear en mi cabeza, colocando recuerdo con recuerdo como si fueran piezas uniéndolas todas.

Hasta que el pensamiento que estaba esperando llegó.

Y era el de las siluetas discutiendo bajo las estrellas y la escandalizada voz de Cody diciendo: "No lo digas ni de broma".

—No puede ser —susurré para mí misma.

¿Owen le había confesado 2 días antes que se suicidaría?

Y si es así.

¿Por qué no hizo nada al respecto?

Los recuerdos del agua cubriendo a Owen venían uno por uno sin perder detalle. Debo admitir que desde ese día me ha costado dormir con tranquilidad, el miedo constante de recibir un mensaje avisando la muerte del rubio me mantenía con un ojo abierto.

Igual que los últimos días, cerré los ojos imaginando alguna historia, con la esperanza de olvidar todo lo malo. Tuve suerte, pues unos minutos después ya ni recordaba la historia que mi mente había creado dejándome dormir en paz.

[🌩️🌩️]

—¡Owen! —sonreí al teléfono cuando me contestó.

—Creí que ya no llamarías —oí su risa desde el otro lado de la línea.

Esa risa. Su risa.

No me había dado cuenta lo mucho que la extrañé hasta que la volví a oír.

—¿Lorelai? —preguntó regresándome a la realidad—. ¿Te moriste?

—¿Qué? ¡No!

—Yo tampoco —contestó con un dramático suspiro, ¿se supone que me debía reír?—. Solo estoy bromeando, Lorelai.

—Claro —susurré rascando mi mandíbula—. Solo te llamaba para ver si querías...

No pude terminar cuando el rubio me interrumpió con una risita.

—¿Tengo otra opción?

Okey, Rory. Es hora de seguir con el plan.

—No, ya estoy afuera —avisé tocando el timbre que estaba a un lado de la puerta principal.

—Vaya, Lor. —silbó fingiendo sorpresa, escuchando de fondo sus pasos—. Eso es lo más atrevido que has hecho desde que nos conocemos.

De mi boca solo salieron balbuceos pensando en que decir, deteniéndome cuando oí la tercera risa de la noche por parte del rubio.

TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora