La última acción que el chico realizó antes de salir del baño fue regalarle una falsa pero convincente sonrisa a su reflejo, a fin de cuentas la gente a su alrededor no sabía reconocer una falsa sonrisa cuando se la mostraban.
Sin más se alejó de es...
Ya habían pasado dos días desde que volvimos de la casa en el lago de Cody, dos días de haber experimentado la peor sensación de impotencia de mi vida, dos días sin saber absolutamente nada de Owen.
Le había llamado incontables veces durante estas 48 horas, pero siempre fue el mismo resultado:
"La persona con la que desea hablar esta fuera de servicio".
Mi intención era sólo ir a su casa y preguntar por él, pero mis planes cambiaron luego de que su hermana menor literalmente me haya arrastrado hasta la habitación de él y me haya dejado en la puerta avisándole que se iría con sus amigas.
Temerosa por ese cambio tan repentino de planes toqué la puerta esperando una respuesta que jamás llegó.
—¿Owen?
Desde el marco de la puerta pude ver como se removía en el centro de su cama. Con pasos ligeros me acerqué más hacia él.
—¿Qué estás haciendo aquí? —murmuró adormilado con voz ronca.
—No he sabido nada de ti desde que regresamos así que quería...
Intenté seguir hablando, pero ¿Qué podría decirle? "Oh, Owen. Vine porque realmente me asustaste en el lago y quería comprobar que en los últimos días no habías muerto".
No. Sin duda no podía decirle eso.
—¿Puedo sentarme?
—Sí —susurró sacando la cabeza de entre las cobijas.
Con cuidado me senté a su lado, casi de manera automática llevé mi mano a su cabello acariciándolo. Su rostro estaba más pálido de lo normal y sus ojos verdes lucían cansados con grandes ojeras adornando debajo de ellos.
Los minutos pasaban mientras que ambos estábamos sumidos en nuestros pensamientos, pero unos sollozos se hicieron presentes.
—Lor...
Me congelé.
Su voz se oía rota, haciendo que mi corazón diera un vuelco. Pero mis emociones se hicieron presentes cuando me abrazo por la cintura aun acostado, ocultando su rostro en mi vientre.
—Ya no quiero... —murmuró aún sin mostrar la cara—. Yo no —susurraba de manera histérica—. Ya no quiero. No quiero.
—Okey... —asentí tomando su rostro obligándome a verlo—. Owen, ¿qué es lo que no quieres?
—Vivir.
¿Qué? ¿Había escuchado bien?
Mis ojos comenzaban a arder, pero no me permití quebrarme.
"Tienes muchas razones por las que vivir" fue lo primero que pensé en decirle, pero ¿ayudaría de algo? ¿lo haría sentir mejor?
Sé la respuesta y sé que probablemente lo metería un bucle de pensamientos negativos.
Vamos, Rory. Piensa rápido.
—¿Ow? ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?
—No te vayas.
—Claro —afirmé limpiando sus lágrimas con mis pulgares.
Sus ojos hinchados analizaban mi rostro posiblemente buscando un indicio de duda, que estoy segura que jamás vio.
[🌩️🌩️]
Los sollozos se habían detenido hace más de media hora, siendo remplazados por las respiraciones profundas e inaudibles balbuceos.
Su cabeza terminó recostada en mis piernas y como era de esperarse mi mano jugueteaba con sus rubios cabellos.
La computadora de Owen se iluminó por una notificación llamando mi atención, deje de acariciar su cabello enfocando mi vista en ella. La notificación solo era de una alerta de batería baja, pero lo que más llamó mi atención fue la página que el rubio había estado viendo.
"Bob is nothing" decía en la pantalla en letras negras y fondo blanco.
No pude seguir curioseando, pues el chico removiéndose en mis piernas exigió mi atención.
—Lo siento —se disculpó despertando y reincorporándose hasta quedar a mi altura.
¿Eh? No entendí por qué se disculpaba.
—Lamentó que hayas tenido que desperdiciar tu lunes de esta manera.
—¡Oh! No fue...
—Te libero —me interrumpió volviendo a acostarse con el brazo flexionado por sobre sus ojos.
—No entiendo. ¿Me..? —acerqué mi mano hacia el apartando un mechón de cabello de su frente—. ¿Me liberas?
—Vamos, Lor. No tienes por qué estar aquí.
—Pero...
—Te conozco, sé que sacarme del lago te hizo querer de cierta manera cuidarme, pero no hace falta. Así que te libero de estar en esta situación conmigo por tu moral.
«Vine porque te quiero y me preocupas» pensé en decirle, pero sabía que no era el momento.
—Te prometo siempre estar para ti.
—No hace falta que lo prometas —murmuró dejándome ver por fin ese verde que tanto me gustaba.
—Lo prometo —hablé con media sonrisa—. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo. Lo prometo.
Conforme lo repetía picoteaba su mejilla y cuando lo vi sonreírme levemente supe que debía cumplir lo que me había prometido a misma esa noche en el lago:
Debo de buscar una manera de quitarle o aligerar la carga que siente.
De improvisto me tomó del brazo impidiéndome seguir picoteándolo y con un tirón leve hizo que me tumbará con él. Sentí su pecho subir y bajar a un ritmo constante en cuanto mi cabeza quedó recostada en su pecho.
—Gracias por estar aquí hoy, Lor.
Pasaban los minutos en los que ambos nos encontrábamos en silencio, Owen acariciaba mi brazo, hasta que se detuvo.
Cerré los ojos unos segundos sintiéndome arrullada por su profunda respiración, sabía que él se había vuelto a dormir. Así que me dejé llevar, cayendo yo también en un sueño profundo.
[🌩️🌩️]
Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue encender mi computadora y meterme a la página que me había llamado la atención.
"Bob is nothing."
Pasé alrededor de una hora ahogándome en mis propias lágrimas. ¿Qué tan mal podrías estar como para buscar consuelo en una página como esa?
Lo siguiente que hice fue buscar en internet como ayudarlo, miles de consejos bombardearon mi mente hasta que una frase se me quedó grabada:
Alienta a la persona a buscar tratamiento.
Y eso era lo que iba a hacer. Porque me consta que Owen Peter merece una vida feliz.
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