Capitulo 7

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El sonido de una puerta cerrarse me hizo abrir los ojos de golpe, no me di cuenta cuando me quede dormido. Ella esta aquí. A pesar de la oscuridad se que es ella, un perfume femenino es lo que detectan mis fosas nasales. Sus pasos son ligeros y lentos.

Encendió la luz dejándome ciego de nuevo, cierro los ojos y los vuelvo abrir para acostumbrarme a la luz.

-Hora de comer, bella durmiente.- traía un plato con tres porciones de pizza y una botella de agua.

Fue a la única mesa que hay y ahí las dejo tomando en su mano libre lo que contenía la mesa segundos atrás guardándolo en una bolsa y después se la colgó en el hombro. Se acerco ami y me quito el pañuelo de la boca.

-Te soltare solo para que comas, intentas algo y tu vida se acaba aquí.- antes de soltarme, tomo el pañuelo y cubrió mis ojos con ello.

Desamarro mis pies por lo que pude sentir sus manos, después hizo lo mismo con mis muñecas. La verdad su amenaza me importa poco, por mi ya estaría corriendo fuera de aquí, pero mis fuerzas no están muy arriba que digamos.

-Ahora...- me sobresalte al escuchar su voz en mi oído, pues estaba muy sumergido en mis pensamientos y el estar ciego no ayuda mucho- cuando escuches la puerta cerrarse podrás quitarte el pañuelo, no intentes nada, no funcionara, comes y mas tarde yo volveré, quiero que te pongas el pañuelo de nuevo cuando toque la puerta y pongas tu lindo trasero de vuelta a la silla, ¡entendido!

Asentí y escuche sus pasos, segundos después la puerta se escucho. Me quite el pañuelo lentamente y me levante de la silla estirando cada uno de mis huesos, lo necesitaba, me acerque a la mesa, observe las pizzas y una botella de agua, eso basta para mi.

Mentira.

No me quedaba de otra, comí la pizza y tome todo el agua hasta no dejar ni una gota. Al final no quedo nada. Me dio un poco de energía comer algo.

Observe a mi alrededor topandome con la enorme equis. ¿Para que rayos es esto?

Me acerque para observar mejor, esta hecha por dos tablas de madera largas, grandes y gruesas. En cada extremo tiene dos sogas para amarrar algo. Por ejemplo una mano en cada esquina y abajo los pies, así podrías hacer lo que quieras con esa persona.

Idiota.

¡Dios esta chica esta loca!, Debo salir de aquí.

Aguarden eso es...Sangre.

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El ático °nh°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora