EMMA
—Mamá, me voy a quedar un tiempo en la casa de Ty. Voy a ayudar a la señora María.
—Me parece bien, hija —dice papá.
—Iré a buscar mi ropa —digo y subo las escaleras, Leah me sigue.
Entro a mi habitación y agarro un bolso grande. Comienzo a meter ropa y cosas que necesitaré mientras me quedo allá.
Lo que más me entusiasma será quedarme en la habitación de Tyler.
Le presto a Leah el control para que encienda el televisor y así lo hace.
Mientras que ella ve la tele, yo recojo cosas.
Bajo a la cocina y agarro un chocolate de la nevera.
Vuelvo a la habitación y se lo extiendo a Leah.
—Gracias —sonríe y le devuelvo el gesto.
—De nada —digo—. Y... listo, terminé. Podemos irnos.
Bajamos las escaleras con mi bolso y me despido de mis padres.
—Te quiero —digo abrazando a mi madre.
—También te quiero —contesta mamá—. Adiós, pequeña.
—Adiós —se despide Leah.
Nos montamos en el auto y manejo hasta el portón. Lo abro y salgo de la residencia.
Llego a la casa de Tyler y pongo mi huella. Abro y entro.
Nos adentramos a la casa y subo hasta la habitación de Tyler.
Se siente tan triste, pero me siento bien al oler su perfume impregnado en las sábanas y en el ambiente.
Como ya es tarde, dejo el bolso de lado y me pongo la pijama.
Me acuesto en la cama e inhalo el olor de Ty.
Parezco psicópata, ¿a que si?
Sé que esto no me lo devolverá, pero al menos sentiré que lo tengo más cerca.
Cierro los ojos y escucho como tocan la puerta.
—Adelante —digo y veo como Leah entra con una almohada—. ¿Qué pasó, princesa?
—Llevo días teniendo pesadillas y mi hermanito no está para protegerme —dice estrujándose un ojo—. ¿Puedo dormir contigo?
—Claro que si —abro espacio para ella y se acuesta a mi lado.
La cubro con la sábana y dice:
—A Tyler le gustas —sonrío al escuchar eso.
—Lo sé —digo—, me lo dijo.
Me acuesto boca arriba y veo el diseño del techo.
—¿Enserio?
—Si. ¿Por qué? —pregunto.
—El me dijo que no te dijera nada —dice—. Le pregunté si tú eras mi cuñada y me dijo que no, pero que pronto lo serías —termina sonriendo y mi corazón da un brinco emocionado.
—¿Te dijo eso? —pregunto entusiasmada y ella lo nota.
Se sienta y dice:
—Me lo dijo —me siento riendo porque parecemos dos adolescentes.
Le agarro las manos y digo:
—¿Te puedo contar algo?
—Obvio que si— dice y yo tomo aire.
ESTÁS LEYENDO
La chica que lo tenía todo (Editando)
Teen FictionEmma Williams, una chica nacida en cuna de oro, con una vida más que perfecta, padres perfectos y un novio que, aparentemente, también lo era. A raíz de una pelea con su novio, se dá cuenta que él no era exactamente lo que esperaba. Luego descubre q...