06 || Pijamada

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EMMA

Luego de la exitosa ronda de regalos —la más incómoda de mi vida— los chicos subieron luego de un rato.

En ese momento las chicas y yo nos arreglábamos para la noche de pijamas que tendremos con los chicos.

—De verdad que fué incómodo —dice Mack refiriéndose a lo sucedido.

—Olvidémoslo, ¿quieren? —pido implorándole al universo para que lo cumplan.

—Bien —responden al mismo tiempo.

—Pero, ¿saben algo? —sigue Mack con el tema, y yo ruedo los ojos dándome cuenta de que seguirá.

—¿Qué? —decimos Sophi y yo.

—Pensé que te iba a besar —responde la pelirroja.

—Menos mal que no —digo fríamente.

—Bueno... —dice Mack.

—¿Listas? —pregunto interrumpiéndola y poniendo la mano en la cerradura a punto de abrir.

—Listas —responden las chicas y oigo como Mack suspira.

No quiero seguir el tema porque la verdad no me está gustando que todos nos quieran emparejar o algo por el estilo, no es que me incomode, sino que no me gusta.

Finalmente abro la puerta del baño y Sophi la cierra. Caminamos juntas hacia el centro de la habitación buscando a los chicos pero no se ven por ningún lado.

Me encontraba preguntándome por su paradero, cuando...

—¡Bu! —escucho la voz de Tyler seguido del grito de susto de Mack.

—¡¡Mack!! Por favor —digo antes de bufar y ver a mi mejor amigo reír a carcajadas.

—¿Y los chicos?, ¿dónde están? —pregunta Sophi antes de que Drew salga del armario y le brinque encima. Causando que los dos caigan al suelo riendo.

Reímos nosotros también.

—¿Y Alex? —le pregunto a Tyler—. Es que es evidente qe le toca asustarme.

—Pues, te equivocas —me responde Drew—. El no quiso participar y bajó al baño.

Me sonrojo porque tal vez habré parecido muy engreída.

—¿Y por qué no usó el de visitas? —pregunta Mack.

—Que raro. Seguro también está escondido en el armario —digo sentándome en la cama haciendo un gesto con la mano restándole importancia.

De repente, siento unas manos en mis pies y me asusto tanto que los chicos también brincan.

—¡Aaaaa! —grito asustada.

Escucho la risa de Alex debajo de la cama, mientras sale de debajo de ella.

—¡Te adoro, Emma! —dice todavía en el suelo. Agarra mis manos y dice:

»Eres la mejor muñeca de miedo para asustar.

—¿Muñeca de miedo para asustar? Eso no tiene sentido —dice Sophi casi al instante y arrastrando el sofá más largo que está al lado de la pared-ventana para después colocarlo al lado de mi cama.

—No tiene sentido, pero así quedó —le responde el pelinegro encogiéndose de hombros.

—¡No vuelvas a asustarme así! —le grito a Alex todavía con los nervios de punta.

—Lo siento, lo siento —ríe y mira fijamente hacia mis manos que todavía están siendo sostenidas por él—. ¿Tanto te gusta mi contacto? —pregunta con una sonrisa divertida en su rostro.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora