07 || Eres tu

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EMMA

—Es... —decimos todos acercándonos hacia el.

—Es... —empieza— Mackensie —dice finalmente y baja la cabeza.

Estoy segura de que si Mack hubiese estado parada se habría caído de trasero al piso.

Nadie se esperaba eso.

—¿Qué? —pregunta mi amiga más sorprendida que yo.

—Me gustas tú, Mack. Eres la chica que me gusta —dice Alex.

No esperaba que los secretos de ésta noche fueran tan fuertes.

—Podría haber jurado que si fuésemos caricaturas, se nos habría caído la mandíbula al piso —dice la pelinegra y todos reímos.

—Mmm... —habla Drew— Creo que es mejor que hablemos de eso luego de terminar con los demás secretos —propone.

—Es lo mejor —dice Alex levantando la cabeza.

—Sigo yo —digo.

—Habla ya —me apura Drew.

—Confieso que me gustó más esta pijamada que la fiesta que había pensado tener.

—Aww —dice Sophi uniendo sus manos y ladeando la cabeza en un gesto de ternura.

—No seas ridícula, Sophia —la reprende Alex y ella voltea los ojos.

—Que inmaduros son —digo.

—El siguiente por favor —pide Tyler.

—Sigo yo —habla el rubio—. Confieso que Emma me gustaba cuando la conocí.

—Amigo, no me esperaba eso de tí. De mí tal vez, pero nunca lo imaginé de tí —le dice Alex palmeándole el hombro.

Río.

—Hombre —habla Tyler—, ¿quién no se enamoraría de ésta belleza? —mientras me atrae hacia él para abrazarme.

Miro a los chicos porque lo que acaba de pasar es un poco raro.

—Mmm... Ty... —tartamudea Mack— Ya basta de abrazos.

—Ya me alejo, niña —le dice a Mack y yo ruedo los ojos.

—Deja de rodar los ojos —me regaña Alex—. Se te van a quedar así —señala sus ojos y los pone en blanco.

—Iugh, no seas asqueroso —hago gestos con las manos de desagrado.

—Es mi turno —dice Sophi jugando con uno de sus mechones.

—Prosigue —la anima Tyler.

—Confieso que me gusta un chico de nuestro grupo de amigos —dice finalmente y se sonroja.

Mack y yo nos miramos las caras al ver aquel gesto tan extraño en nuestra amiga.

Ella no se sonroja con facilidad. Digamos que es casi imposible que algo la intimide o le avergüence.

Llevo mi mirada hacia donde está Sophia y esta se encuentra contemplando a Drew.

Creo que es más que claro quién es el chico, pero parece que a alguien no le quedó la chaqueta.

Drew se encuentra con la mirada perdida en la pared de cristal y su mano derecha juega con el piercing de su labio.

—¡Amigooo! ¿Se te perdió algo en la pared? —le pregunta Alex y Drew se sobresalta.

—No, no se me perdió nada —dice él rascándose la nuca.

Hasta ahora me doy cuenta de que está comenzando a nevar. Es la primera nevada de diciembre, un poco tarde.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora