14 || Malas noticias

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EMMA

Al llegar a casa le aviso a Tyler y subo a mi habitación.

Abro y cierro la puerta entrando. Me siento en mi cama y reviso mis redes.

Sophia y Mack son muy activas ahí. Mientras que por otro lado, yo soy lo mismo.

Ajá, ¿qué creían?

Termino de revisar y bajo el celular.

Busco el mando del televisor en una de las mesitas de noche y lo enciendo.

Voy pasando y pasando los canales. Encuentro un noticiero y me llama muchísimo la atención.

El encabezado de la noticia principal me deja completamente perpleja.

“Muere la madre de Savannah de Williams, la empresaria más importante de Inglaterra”.

Le subo volumen y escucho lo que la reportera dice.

— ...En horas de la noche, la señora Elena González se encontraba en su habitación leyendo un libro —dice mientras veo que se encuentra en la puerta de la clínica principal de Londres y varios paparazzis pasan de un lado a otro con cámaras—. Fuentes informan que la madre de dos mujeres murió a altas horas de la noche de un paro cardíaco. Pronto la familia Williams nos dará varias declaraciones —señala la cámara—. No se lo pierdan.

Apago el televisor y pego un grito de rabia. Realmente, no puedo creerme esto.

Suelto a llorar y me escondo debajo de las sábanas.

Escucho a mi celular sonar y no estoy de ánimos para atender.

—No puedo creer que me mintieran —digo para mí misma.

Vuelvo a escuchar mi celular y decido contestar.

Contesto sin siquiera saber quien es.

—¿Hola? —digo tratando de limpiarme las lágrimas y de moderar mi voz.

¡Emma! —grita Alex al otro lado de la línea—. Al fin contestas. Estaba preocupado. Mi hermano estaba viendo las noticias y vio que al parecer tienes una abuela.

—Al parecer no —digo molesta—. Tengo una abuela que siempre me ocultaron. No es posible que mis padres la  escondieran toda mi vida —lloro.

¿Puedo ir a verte? Suenas mal, no les he dicho a los chicos —dice.

—Puedes venir. No le digas a nadie, por favor —pienso y digo:

»Por cierto, dile a Javier que muchas gracias por la información. Gracias a él me enteré de que tenía una abuela viva y nunca la conocí.

Esto es increíble.

Javier es el hermano gemelo de Alex. Es todo lo contrario a él, pero en físico son exactamente iguales.

—Está bien. En quince minutos estoy allá —termina y cuelgo.

—¡No lo puedo creer! —grito de impotencia.

En éste momento, agradezco que mis padres no estén en casa.

El universo es el único que me aguanta cuando me pongo molesta, pero además de molesta, me encuentro triste por no haberla conocido.

Desde pequeña, mis padres me dijeron que mis abuelos habían muerto antes de que yo naciera, pero ya sé que no es así.

Quién sabe que más me estarán ocultando.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras.

Escucho como el portón se abre y veo como el auto —ya arreglado— de Alex entra.

Se estaciona y baja de él.

Lleva un jean azul, zapatos blancos y una chaqueta de cuero encima de una  franela blanca.

—¡Rapunzel! —grita y yo frunzo el ceño.

Jamás me había dicho así.

Flor que da fulgor.

—¿Rapunzel? —pregunto y él se tensa.

—¿Te dije Rapunzel? —pregunta raramente.

—Si. Bueno, olvídalo —digo y el me abraza.

Rompo a llorar en sus brazos y lo abrazo fuerte.

Solo el cielo sabe cuanto necesitaba un abrazo de alguien que no me mintiera.

—Lo siento mucho, Emma —dice y me despego del abrazo.

Nos volteamos para entrar y me pasa uno de sus brazos por mis hombros.

Subimos las escalera hasta llegar a mi habitación.

Nos sentamos en la cama y dice:

—¿Estás segura de que tus padres te mintieron? —pregunta y yo asiento limpiándome las lágrimas.

—Siempre había una Emma pequeña preguntando por qué no tenía abuelos y todos los niños sí —recuerdo—, ellos decían que ya se habían ido al cielo y yo lo entendía, pero ahora veo que no era del todo cierto. Pero no le digas nada a los chicos, por favor —pido—. No quiero que se enteren de esto.

—¿Por qué?

—No lo sé. Solo no quiero que lo sepan y ya. No quiero que me vean así de triste —respondo encogiéndome de hombros.

»¿Puedes quedarte a acompañarme? —pregunto—. Aquí hay ropa de Tyler, puedes usarla.

—Bien, me quedaré —responde tranquilo y saca su celular, supongo que para avisarles a sus padres.

—Es que no quiero estar sola cuando mis padres lleguen. No quiero ni hablarles —digo estrujándome un ojo.

—Emma, ya es tarde. Vamos a dormir —dice y se acurruca en el sofá.

Me quedo dormida en mi cama y luego él también.

•••

Me despierto y veo a Alex dormir en el sofá, tiene el ceño fruncido.

Río por ese pequeño gesto.

—¡Arriba, Alex! —grito y no me contesta— ¡¡ALEXANDER MCQUEEN!! ¡DESPIERTA! —lo jamaqueo y él se cae del sillón.

Suelto una carcajada y el ríe medio adormecido.

—¿Qué te pasa, arruina sueños? —pregunta levantándose del sueño—. ¿No te cansas de fastidiar?

—Has dormido mucho —digo mientras río—. Además, tu ceño se veía bastante gracioso.

—Bien. ¿Qué es lo que quieres? —pregunta riendo.

—Buena pregunta —digo llevándome un dedo a la boca de forma pensativa—. Me fijé en que mis padres se encuentran en casa —miro por la pared de cristal los autos y la nieve que cae—, los dos autos se encuentran allí. ¿Ves? —pregunto señalando y él asiente.

—Entonces me despertaste porque no quieres estar sola cuando los enfrentes, ¿cierto? —dice.

—Exactamente —asiente—. En el cajón del baño hay un cepillo de dientes nuevo. Puedes usar ese —empiezo. —También hay una toalla guindada en la puerta de la ducha, si quieres bañarte puedes hacerlo. Ya te busco ropa.

Me levanto y busco en la gaveta en la que guardo la ropa que mis amigos dejan aquí.

—Ten —le extiendo un pantalón gris de algodón y una franela negra—. Puedes usar estas también —le ofrezco las sandalias que Tyler deja para cuando se queda.

—Gracias. Iré a bañarme —dice comenzando a caminar con las cosas—. Te avisaré si necesito que me enjabones la espalda —sube y baja sus cejas de manera juguetona, mientras que yo ruedo los ojos y digo:

—Seguro podrás hacerlo solo.

Idiota.

En éstos momentos, agradezco que su personalidad sea tan alegre y divertida. Hace que me ría en éstos momentos en los que quiero pasar todo el día durmiendo.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora