Epílogo

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TYLER

Hoy es 31 de diciembre, el año pasado me encontraba en coma y no lo festejé. Este año lo haré en grande.

El día ha estado frío y Leah se la ha pasado jugando con nieve, sé que la ama.

Emma y yo ya tenemos más de un mes de novios.

Soy el chico más afortunado teniéndola a mi lado.

Es tan maravillosa.

Son exactamente las 10:00pm.

Mis padres mandaron a montar una gran carpa en el jardín para celebrar el año nuevo al aire libre.

Vinieron los padres de Emma, los de los chicos, sus hermanos y amigos cercanos.

He mejorado mucho con las terapias de habla. No saben lo incómodo que era equivocarme.

En este momento me encuentro sentado en una mesa redonda con mis amigos al rededor.

—Menos mal que despertaste para festejar este año con nosotros —me dice Drew.

—Tenía que despertar para celebrar mis 18, ¿no crees? —pregunta Emma sonriente y el rubio bufa.

Pues si, Emma ya tiene 18 y yo 19. Festejamos nuestros cumpleaños juntos e hicimos una fiesta con nuestros amigos y personas cercanas. Muy bonito todo.

—¡JA! —grita Alex—. Que graciosa.

—Gracias —responde mi novia—. Fue un placer alegrar tu noche. —Los demás reímos.

—Bien, chicos —empiezo con el mini discuto que preparé—. Quiero agradecerles por lo poco que viví de este año. Porque alguien nunca perdió la fe en que iba a despertar —miro ala rubia—. También les agradezco a los que perdieron la fé —ríen—, aunque no sé por qué les agradezco por eso. En fin, gracias por todas las experiencias vividas este año y por los buenos cambios. Les doy las gracias, chicos, por tomarse el tiempo de irme a visitar y hablarme mientras estaba en coma. En verdad son los seres más especiales del mundo...

•••

EMMA

—Chicos ya es la hora. Levántense —nos anima mamá y veo en mi reloj que son las 11:58pm.

Nos levantamos y camino lejos del bullicio de gente. Segundos después, Tyler me agarra por la cintura, abrazándome.

—Pensé que este año también lo pasaría en una clínica junto a ti —le digo.

—Gracias al cielo no —me contesta—. Si lo hubiese pasado en la clínica, te habría perdido. Tampoco me gusta mucho ese lugar, después de todo.

—Eres la imperfección que le faltaba a mi vida perfecta —dibujo las comillas con mis dedos en la última palabra.

—¿Te das cuenta de que son mejores las imperfecciones? —me pregunta y yo asiento—. Siempre te lo dije: La perfección nos ayuda a ver...

...lo especial que tienen las personas imperfectas —termino por él y sonrío.

—Aprendiste muy bien —me halaga, besándome.

Empiezo a escuchar el conteo.

—10, 9... —siguen— 2, 1.

—¡Feliz año nuevo, mi princesa! —desea  y lo abrazo, envolviendo mis manos a su rededor.

—¡Feliz año nuevo, amor!

FIN.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora