03 || Desilusión

102 12 2
                                    

TYLER

Emma se levanta a contestar su celular y siento como el mío recibe una notificación.

Desbloqueo mi celular y entro a los mensajes.

Me enderezo, preocupado, al ver que es de un número desconocido. En las películas nunca ocurre nada bueno cuando eso pasa.

Abro el chat y me sorprendo al ver que dice.

Me levanto del sofá y corro hasta Emma.

—¡Emma! —grito—. ¡Tienes que ver esto!

Emma tapa el micrófono de su celular y dice:

—¿Qué pasa? —voltea—. ¿No escuchas que estoy hablando por teléfono?

—Esto es importante, Em —digo tratando de que note la impaciencia en mis ojos.

—Está bien —destapa el micrófono y dice—Adiós, tía. Espero tu obsequio. Gracias por llamar —cuelga.

»¿Qué es lo que pasa, Tyler?

—Un número desconocido me acaba de enviar una foto, Emma —hago énfasis en su nombre.

—Ajá, ¿y?

—Escúchame —coloco mis manos en sus hombros—. Tienes que prometerme que no vas a hacer una locura.

Estoy muy nervioso de como pueda reaccionar.

—Si, si —me mira—. ¿Qué es lo que me vas a mostrar?

—Mira —digo y espero.

Me mira desconcertada y agarra el celular.

—Pero... ¿qué es ésto? —dice llevándose una mano a la boca y veo como se pone roja de rabia.

Es una foto, pero no cualquier foro, es una foto de Parker besando a una chica en una fiesta.

Conozco a Emma lo suficiente para saber que siempre tomaba nota de las cosas que para su vida eran perfectas. Me parece que alguien acaba de tachar con negro la parte de la lista en donde dice "Novio perfecto".

—Emma —la llamo—, todo estará bien.

—No, Ty —habla casi entre lágrimas—. Nada está bien —dice antes de correr escaleras arriba.

Escucho como avienta la puerta de su habitación.

Cubro mi rostro con las manos y subo las escaleras.

Llego hasta la puerta y digo:

—Ábreme, Emma —le pido al otro lado de la puerta, pero no hay respuesta—. Es tu cumpleaños, no decaigas por favor.

—No... Déjame sola.

—Abre, Em. Déjame ayudarte.

Escucho como el seguro de la puerta es retirado y como me da el pase.

Entro y cierro la puerta detrás de mi.

Busco a Emma y la observo sentada en la cama. Se encontraba mirando "la pared del mar" —como me gusta llamarle—.

Camino hacia ella y la abrazo.

Ella me devuelve el abrazo y llora en mi pecho.

—No puedo creer que haya hecho eso —dice llenando mi camisa de lágrimas.

—¿Te digo algo? —la miro y asiente—, nunca me agradó —río y ella se despega.

—Lo sabía —ríe limpiándose las lágrimas—, siempre lo supe.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora