13 || ¿Me puedes enseñar?

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TYLER

Emma y Leah se sientan en el sofá y pregunto:

—¿Qué quieren hacer primero?

—Empecemos con el árbol —propone Emma y yo asiento.

—¡SIII! —grita mi hermana con emoción.

Nos levantamos y me acompañan a buscar las cajas con los adornos a la cocina.

Mi madre vendrá más tarde y adornará las ventanas.

Me gusta el color de éste año. Es un color fuerte pero suave a la vez, algo muy tradicional y básico. También fue fácil conseguir decoraciones blancas.

Cuando ya tengo la caja en mis manos, caminamos hasta la sala y la dejo en el suelo.

Mamá dejó el árbol ya armado. Es cuestión de decorarlo y quedará listo.

Lo puso entre el mueble y la ventana de la pared principal de la casa.

—Pongamos una tela al rededor de él —dice Emma alzándose de puntillas, rodeando el árbol y mostrándome por donde pondrá la tela.

Que preciosa se ve hoy. Todos los días lo está, pero hoy es muy: "wow".

Lleva un suéter rojo manga larga, un jean blanco, una bufanda del mismo color, botas negras y un gorro blanco de lana.

Reconozco que el gorro lo tejió mi abuela. Le encanta tejer. Cada vez que voy me entrega varios y les manda a mis amigos.

—Me parece buena idea —le dice Leah.

—¿Estás de acuerdo, Ty? —pregunta mi mejor amiga y yo salgo de mi trance.

—Estoy de acuerdo con eso —respondo finalmente.

Ella toma la tela y la evuelve al rededor del árbol, la ayudo en la parte más alta, ya que no llega.

—Gracias —me dice y me fijo en como sus ojos se cierran un poco cuando sonríe.

—No hay de que.

—Pongamos las luces —propone Leah.

Busco las luces blancas en la caja y se las entrego.

Ella rodea el árbol con las luces y Emma y yo reímos por el resultado.

Ella sí rodeó el árbol, pero solo en la parte de abajo.

¡Qué excelencia!

—Te faltó la parte de arriba, cielo. Permíteme ayudarte.

Ella asiente y rodeo con las luces la parte de arriba.

—¿Puedes pasarme los copos de nieve? Por favor —pregunta Emma y yo asiento

—Ten —digo quedándome con algunos y ella reparte los suyos con Leah.

Empezamos a colgar los copos y mi hermana, comienza a quedarse dormida.

Mi madre me dejó una nota diciendo que tal vez tomaría una siesta cerca del mediodía, porque le dio un antialérgico por el cambio de clima y eso la adormecería.

—Vamos a tu habitación —Emma le extiende la mano y juntas comienzan a subir las escaleras.

Comienzo a recordar mi infancia con ella.

Recuerdo el día de su primer beso. Ella tenía trece y yo catorce...

—¿Qué se siente dar un beso? —pregunta una pequeña Emma sentada debajo de un árbol.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora