15 || ¿El gato te comió la lengua, Emma?

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EMMA

Luego de bañarme y ver que Alex también se encontraba listo, bajamos a desayunar.

Sirvo cereal en dos tazas y Alex vierte la leche.

Claramente el cereal va antes que la leche.

—¿Tus padres están dormidos? —pregunta curiosamente.

—Me imagino —digo encogiéndome de hombros—. No me importa lo que hagan—miento—. ¿A quién engaño? Claro que me importan, pero no les hablaré porque ellos no me hablaron de la abuela.

Que difícil es esto.

—Si quieres hacerlo, entonces está bien.

Terminamos con nuestro cereal y pongo las tazas dentro del lavavajillas.

—Veamos que están pasando en la televisión —propone.

—Vamos —digo.

Caminamos hasta la sala y nos sentamos en el sofá a ver una película.

Alex pasa uno de sus brazos por mis hombros. Está acostumbrado a ese gesto.

—Buenos días —entra mi madre a la sala y yo decido ignorarla.

Me percato de que sus ojeras son aún visibles a pesar de que usa maquillaje y tiene los ojos hinchados.

—Buenos días, Savannah —dice Alex por cortesía y mi madre le asiente.

—Emma —me llama— ¿Por qué no me avisaste que Alex se quedaría a dormir?—pregunta y yo me encojo de hombros.

—¿El gato te comió la lengua, Emma? —pregunta papá metiéndose en la conversación.

No me había percatado de que se encontraba abajo.

—Buen día, Alexander —le habla mi padre.

—Buen día, señor —dice mi amigo y mi padre asiente.

A diferencia de mi madre y de todos los padres de mis amigos, mi papá es el único al que él le llama señor. Le tiene miedo o eso creo.

—Emma, no me respondiste —insiste mi madre.

—No quiero hablar, mamá —me limito a decir.

—¿Y eso por qué? —pregunta papá—. Tu madre y yo no tenemos problema en que tus amigos se queden a dormir, pero debes hablarnos antes sobre eso.

Así que decidí sacar el tema...

—Porque ustedes tampoco quisieron hablarme de la abuela —confieso y ellos jadean con sorpresa.

—¿Lo sabes? —pregunta mamá.

—¿Cómo no habría de saberlo? La noticia está en todos lados —respondo molesta.

Literalmente.

—Lamentamos no habértelo dicho antes—mamá me habla—. Tu abue...

—Disculpa, mamá —interrumpo—. No quiero escuchar nada de ustedes, no quiero más mentiras. ¿Qué me dirán? ¿que la abuela no quería que la conociera? ¿que no le agradaba? —pregunto agitada y me levanto—. ¡Ya no escucharé nada más! —corro fuera de la sala y subo las escaleras.

—¡Emma! —escucho como mis padres me llaman, pero no les presto atención.

Me siento en mi cama y comienzo a llorar.

Estoy segura de que si mis lágrimas no se acabaran, ésto se habría convertido en un lago.

Escucho como tocan la puerta y sé que es Alex, así que lo dejo pasar.

La chica que lo tenía todo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora