capitulo 4

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Era tan patético en tan solo pensar en hechos tan tontos como lo era pensar en que yo y Dan pudiéramos enamorarnos como en esas tontas películas Románticas pero me daba igual si esto sería así yo sería la protagonista de mi historia.



25/11/2019



Ya había pasado un mes de aquella salida y estuvimos saliendo, creo que como amigos, sinceramente creo que estaba empezando a sentir algo por el pero no se si el lo sienta por mi.



-Hola- escuché esa voz tan linda de Dan.


-hola- respondí tratando de alejar esos pensamientos.


-¿saldaremos hoy?- pregunto el y aunque respondiera que no sabía que el llegaría por mi así que acepte


-claro, ¿a dónde?- pregunte- o está vez tampoco me vas a decir.


-jjajajja no comas ansias yiyi.



Yiyi? Que clase de apodo era ese, logré comprender que era una burla por un suceso que había pasado pero no le tomé importancia.



________



Viernes por la noche, Dan y yo habíamos decidido viajar a una de las playas de florida.



No podía ni siquiera pensar en el echo de que me estaba enamorando secretamente de Dan, me gustaba pero sabía que entre el y yo no iba a pasar nada, bueno al menos si no intentaba que pasara algo, realmente esto no era una de esas historias románticas pero si pasara algo créanme que jamás me arrepentiría.



Tal vez si lograba confesarle en este pequeño viaje de dos días Dan me corresponda pero a quien engañamos eso nunca pasaba, era momento de soltar mis pensamientos tan tontos.



-Hey estas lista?- dijo Dan mientras se dirigía hacía mi para tomar mi pequeño equipaje.


-claro, me costo mucho que mamá me dejara- dije.



Realmente si me costo que mamá me diera permiso y a pesar de que conocía a Dan tuve que insistir demasiado.



-¿Crees que sea buena idea ir a la playa en invierno? - pregunte.


-oh vamos será grandioso te lo aseguro- Dan afirmó mientras me daba una sonrisa.



-¿Y de quién es el auto?- pregunte ya que el jamás mencionó que tenía un auto.


-De mi padre- Dan dijo mientras se subía.



Empezó a manejar realmente el camino no era tan largo, solo 2 o 3 horas de dónde nos encontrábamos.



No podía dejar de pensar en Dan y mis sentimientos hacia el, me aterraba la idea de que el me rechazara y dejara de hablarme pues el y Diana eran mis únicos dos amigos.



Para darles contexto Dan se acababa de mudar a Florida el tenía una novia pero el dice que terminaron porque se mudó, aunque es abecés cerrado con sus sentimientos creo que el sigue sintiendo algo por aquella chica pero yo no se si arriesgarme.



Llegamos a un hotel muy barato en la orilla del mar, rentamos dos habitaciones y decidimos ir a cambiarnos, yo seguía con la idea de si debería o no confesarle mi amor.



-te veo en 30 minutos- Dan dijo mientras se metía a su habitación.



Saque mi traje de baño y salí, la verdad es que hacía muchísimo frío por lo que mi traje no era nada atractivo y menos por que lo acompañaba con un suéter.



De repente lo vi llegando, con un short un poco arriba de la rodilla y sin playera, que acaso era un sicópata, no sabía a cuantos grados estábamos pero si sabía que se podía enfermar.



-¿A caso estas loco?- pregunte mientras reía.


-¿A caso eres monja?- Dan respondido burlándose del suéter.


-cállate, eres un tonto- dije mientras rodeaba mis ojos


-Un tonto al que amas- se acercó hacia mi y dio un pequeño beso sobre mi frente.



Ese echo del beso en la frente me erizo la piel y lo que hizo que me siguiera cuestionando sobre si yo debería decirle mi amor.



Al llegar la noche decidimos caminar por la orilla del mar hasta que nos cansamos y decidimos sentarnos en la arena mirando hacía el mar mientras el sonido de las olas acariciaba mis oídos y fue ahí cuando decidí.



-Dan, tengo algo que confesarte- dije un poco nerviosa.


-Que pasa yiyi- el giro su miraba hacia mi preguntando.


-creo que yo estoy...



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Dan



Después de que la lleve a ese lago me di cuenta de la persona tan asombrosa que era, enserio cuando te contaba algo pensabas que y se callara pero tenía algo nuevo.



Yo le conté también algunas cosas mientras los dos nos confesamos cosas del pasado, ni siquiera me conocía bien como para confiar tanto en mi.



Claro que hay muchas cosas que todos preferimos guardarnos pero atraves de una mirada dice más que mil palabras.



Me contó que ella creía en la reencarnación y que había más después de la vida, ella cree en las almas gemelas y el amor verdadero, me contó sobre un hilo rojo y el que tanto podía expandirse.



Ya lo único que me faltaba era que ella me preguntara mi signo zodiacal y al decirle que soy virgo me diga "wakalaa" era tan divertido ver como ella con pequeñas acciones se emocionaba como una niña pequeña, era tan adorable verla



25/11/2019



Ya era noviembre y si hacía demasiado frío pero eso no era excusa para no salir.



Nataly y yo habíamos estado saliendo todo el tiempo posible y aunque ya había logrado conocer a personas Nat era la única persona a la que consideraba mi amiga.



Hacia que decidí invitarla a salir



-A donde iremos?- pregunto ella con su voz chillona y dulce.


-no comas ansias yiyi-procedí a decir



Yiyi era el apodo que yo le había dado después de que en una salida ella se trabó y en lugar de decir un firme ya tartamudeo y dijo yaya pero vamos con que yaya no se escucha nada lindo.



El viernes por la noche decidimos ir a una de la playas que quedaba a dos p tres horas.



Al llegar tengamos dos habitaciones y le dije que se cambiara, para un viaje de dos días realmente no se ocupaba mucho así que yo solo llevaba un traje de baño.



Al llegar al punto donde ella y yo nos íbamos a ver la vi parada con una mirada tan tierna y dulce pero si hablamos de su cuerpo oooh valla parecía que esto sería patético y no era el echo de que quisiera verla en traje de baño pero ella llevaba su traje de baño y una chaqueta encima así que supuse que ni de loca tocaría el agua.



- a caso estas loco?- pregunto



Puede ser por que yo solo estaba en bañador de y sin playera y algo que si era verdad es que estábamos en invierno pero hey esto se tenía que disfrutar.



-¿A caso eres monja?- no pude aguantar las ganas de reír.


-eres un tonto- dijo con voz dulce a lo que pude comprobar que enojada no estaba.


-Un tonto al que amas- me acerqué a ella y pude ver como sus mejillas se coloraban.



Note que su piel se había erizado, tenía que confesar que había empezado a sentir cosas por ella pero ni siquiera tenía el valor de confesarlo.


En esta y mil vidas másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora