Todo lo que creías perdido lo veías en mi, y ese fue un error cometido.
Nat.
___________________-Basta callate- mustie entre risas- Duele cada que río.
-Pero si yo no eh dicho nada.
-No has parado de decir chistes malos.
-Oye- dijo en un tono sarcástico con indignación según el- eso es grosero yiyi.
Dirigí mi mirada hacia el techo ignorando el echo de que Dan estaba a un lado mío, hace una semana estoy aquí, en el hospital, mi leucemia se agrando eso quiere decir que está siendo mas mortal.
Volví a dirigir mi mirada a Dan, quien me miraba en un tono neutro.
-Mi familia vendra- dijo mientras ponía sus ojos en blanco.
-definde vendrá.
-oh cierto, vendrá a Orlando.
-¿Eso es malo?- pregunté algo confundida ya que en verdad era confuso el echo de que le molestará el que su familia vendría a Florida.
-Demasiado- dijo y en unos instantes echo un bufido- insinúan bastantes cosas de la decepción familiar- bajo un poco su mirada y empezó a jugar con un hilo que sobresalía de un pantalón roto- Yo.
No sabía el porque de sus palabras sin embargo decidí no decir nada al respecto.
- ¿irás?.
-Sí, Yiyi, tengo que irme.
-Bien- respondí
El se puso de pie y dió un ligero beso sobre mi frente, al estar cerca de la puerta dió una vuelta de 180 grados.
-Te amo, no lo olvides.
La sonrisa del color rojo sobre mi piel pálida se mostraron.
-Tambien te amo.
***
Dan
___________________-Ninguno de mis hijos dió tanto problemas como los tuyos-dijo aquella señora un poco pasada de peso y edad, aunque lo de la edad es natural lo natural no es ser tan mitotera- yo si supe educarlos.
-¡claro sherl!- me apresure a contestar por mi madre en un tono sarcástico- Claro que nadie recuerda a tu hijo en prisión o a tu hija de 16años con bendición- no sabía lo que decía¿Me importaba? Mmmm no.
-¡André!- escuché a mi madre con un tono de desesperación y pena- discúlpate por el amor de Dios.
-Sí ella no lo hace no veo por qué tener que hacerlo- esto era absurdo ¿Pedir perdón? Perdón pero yo no fuí el que se puso hablar mal de alguien en su cara- ¿Perdón? Mmm Nop- me puse de pie y me fuí.
Odiaba las reuniones familiares, odiaba que mamá me obligará a convivir con esa bola de víboras Sherl es mi tía <<por desgracia>>.
Siempre se ponía a comparar hijos, dinero, apariencia y si no fuera por qué es casi imposible hasta los calzones compararían.
No soy muy educado o respetuoso si no lo son conmigo y lo caballeroso no va conmigo, crecí entre burlas hacia mi, aunque si se compararán con quién soy en realidad se avergonzarían.
-Idiotas- dije sin más, voltie a ver a mi padre y oh valla sorpresa me quería matar.
Me puse de pie y me fui o bueno me quería ir.
-André- gritó apenas con su voz entre los dientes.
-Ivan, Ivan, ivan- relate- ¿Qué quieres?- se acercó a mi y ¡pum! M golpeo.
Discos que arto me tienen, le dirigí una sonrisa sarcástica y me fui de ahí.
Que tontos son todos.
Sonó mi teléfono y con mucha pereza lo vi, era Nataly pero yo no quería hablar, así que colgué, sabía que me pediría muchas escusas y yo... yo solo quiero descansar.
****
-Donde estuviste ayer- pregunto muy sería.
-Con mi patética familia- respodi sin nada de ganas.
-te llamé.
-si lo vi.
-¿Por qué no contestaste?- su voz escucho dolida.
-No tenía ganas de hablar.
Si, estaba igual que un hielo pero que importa.
-Dan, me preocupo por ti- sus ojos derrochan que me arrepienta de lo dicho pero es de idiotas arrepentirse por lo que ya está echo.
-No deberías- la voltie a ver seco, sabia que mi mirada no decía nada- Mejor me voy.
Me puse de pie para dirigirme a las salida del cuarto, ella seguía en el hospital, antes de abrir la puerta su voz me interrumpió.
-Deja de ser un idiota- grito.
Voltie a mirarla- no se puede dejar de ser algo que ya se es.
-Maldita sea contigo- dio un bufido y prosedio- enserio no puedes tener ser menos frío?.
-no- en seco respondí.
-Y entonces ¿Por qué sigues aquí?.
-estaba apunto de hacerlo y me interrumpirse.
-Bien, largo- dijo aún enojada.
-no pienses en mi arrepentimiento que no pasara- conteste.
-Jamás te lo eh pedido- y ella aún más fría me respondió- al final ni siquiera te pedí que te quedaras- ¡Auuuch!
Ya no dije nada, me fui sin más, probablemente yo tenía la culpa pero no me sentía con ánimos de nada.
Llegue a mi cas y papá me esperaba.
Camino hacia mi y sin decir una sola palabra me golpeó, yo solo callaba para que mis lagrimas no se derramaron, pensando en lo tonto y feo que la vida, tal vez sería mejor no tenerla, pero soy cobarde.
Mamá interrumpió y ni siquiera quise escuchar, me puse de pie y me dirigí hacia mi habitación.
Maldita sea donde estás, buscaba y buscaba pero aaah no estaba y la encontré. Aquella pequeña bolsa con un contenido peculiar blanco.
Seria la primera vez que lo haría y espero que sea como lo prometieron, sabía que era dañino pero el dolor que sentía en mi era demasiado, no solo por los golpes, la pelea con Nat y sabía lo molesta que se había quedado, no se como podía hacer que dejara de doler, no encontraba cura.
Abri la bolsa y saqué un poco, lo acerqué a mi nariz e inhale un poco y fue, una sensación inexplicable, mi cuerpo se relajó y mi mente igual, inhale un poco más, me recoste en la cama y me quedé dormido.
Ya no dolió, pude descansar pero en la mañana todo seguirá igual.
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En esta y mil vidas más
Novela Juveniles un amor adolescente que aunque no se conocían del todo fue creciendo, llenos de promesas y un amor más fuerte que el mundo, a pesar del tiempo juraban amarse más que a su propia vida, hasta que llegaría algo que lo cambiaría de por vida, sin sabe...