Dan.
_____________Desperte con ganas de más, lo necesitaba, sentía una gran necesidad de el, me puse de pie y baje a la cocina, como era de esperarse mi padre volvió a joder así que me dispuse a volver a mi cuarto, cerré la puerta de mi habitación y abrí el cajón donde la guardaba, aquella pequeña bolsa con su contenido tan hermoso, aquella azúcar si dulce, inhale un poco y me me senté para después dejar caer mi cuerpo en la cama.
-¿Qué estás haciendo?- dijo una voz, o bueno dijo Anne mi hermana pequeña, maldita sea no cerré la puerta.
-Dirigí mi mirada a ella --- viendo pollitos azules--- me dispuse a callar y volver a lo que estaba.
-André- dijo mientras caminaba a la cama- no soy tonta.
- ¿no?
Tomo una almohada y me la lanzo- no lo soy- hizo una cara de disgusto- ¿por qué lo haces?.
-¿Hacer qué?.
-Drogarte.
-Tranquila, primera y única vez- volví a dirigir mi vista al techo y los cerré.
-Como si fuera a creerte- se sento en la cama y aún peor me golpeo otra vez.
-Anne, esta madre está cara.
-¿qué esperabas?- rodeo los ojos y río.
-Que fuera gratis!- lo dije en un chillido.
-eres un idiota- la risa entre los dos solo sonaba en mis oídos.
-ya anda vete- pare mi risa aunque era imposible, su rostro se tornó serio.
-¿por?- fingió indignación.
-Ivan- suspire fuerte- pensará que te voy envenenar la cabecita.
Se puso de pie y se dirigió a la salida.
-ñoña- grite no tan fuerte.
-¿si? Idiota- contesto.
-¿me traes sopita?- hice mi rostro tratando de parecer tierno, un rostro de puchero.
-No- sé dio la vuelta y se fue.
Mi relación con Anne no era mala de echo creo que era la única persona soportable en la familia.
Casi siempre nos contábamos las cosas y era chistoso darle consejo con los hombres que sabía que no funcionaría pero aún así ella lo intentaba.
Mientras tanto Nataly y yo ni habíamos hablado, ella me pidió que me fuera y creo que tan solo era culpa de su tonto orgullo y yo no pensaba ser el que se disculpara.
Algo tonto al parecer.
-Daaan, te buscan- grito mi madre desde el primer piso, no se el por que pero baje con la esperanza de que fuera nat.
Gran sorpresa me llevé con ver a el chico parado en la puerta.
-Dioos ¿qué haces aquí?- en realidad estaba sorprendido de ver Dylan mi mejor amigo.
-¿Auch?- su rostro se tornó indignado pero con un gran toque de burla- ¿no me extrañaba?.
-has venido de Texas, ¿a qué?
-¿me vas invitar a pasar?- advirtió.
-nop- respondí con broma y me di la vuelta.
-¡Daniel!- grito mamá
-perdoooon- dije en un sarcasmo- ven pasa- hice una seña con mi mano de que me siguiera.
-compermiso señora- Dylan dijo antes de pasar.
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En esta y mil vidas más
Teen Fictiones un amor adolescente que aunque no se conocían del todo fue creciendo, llenos de promesas y un amor más fuerte que el mundo, a pesar del tiempo juraban amarse más que a su propia vida, hasta que llegaría algo que lo cambiaría de por vida, sin sabe...