06. Adam.

187 21 0
                                    

Se trataba del último semestre Sam en sus años de escolar y pronto ya debería estar 24/7 pensando en el examen para la admisión universitaria. Sin embargo en otras circunstancias habría sido posible, en cambio ahora no sólo debía aguantar el constante acoso de chicos en la escuela, o sus emociones sobre Baji, sino también las discusiones constantes en su hogar, que cada vez subían más de tono.

Hoy, día domingo se encontraba toda la familia en casa, lo que preocupaba a Sam desde temprano, no sabía que cosa podría desatar una gran pelea.

Se levantó y bajo a desayunar, al llegar a la mesa su madre al notar la presencia de Sam se rasgó un ojo, como limpiando una lagrima y sin terminar su desayuno se levantó de mala gana, dejando agresivamente la loza contra el lavavajillas y  se retiró a su habitación. No había nada que pusiera más triste a Sam que la indiferencia de su madre. No entendía que había hecho, ya que desde que vio a Baji en casa habían pasado muchas semanas para que ella siguiese enojada.

—Buen día Sam.— saludó su padre.

—¿Qué tiene mamá ahora?

—Nada, ella es loca.— dijo para luego sonreírle a su hija, en el fondo sabía que su hija se sentía triste y lo odiaba. También odiaba muchas cosas de su pareja, entre ellas su inmadurez de aceptar cuando no tenía razón.

Sam por otra parte respondía con la misma sonrisa falsa.

(...)

Al lunes siguiente el profesor anunció el destino de la gira de los últimos cursos, resultando ser la famosa "Península de Noto" el destino. Trataba de un viaje que daba la escuela a los alumnos de último año, en el cual sólo debías llevar tus pertenencias personales y un permiso de uno de tus padres.

—Este papel debió haber sido entregado hace un mes, por lo tanto es urgente que lo traigan mañana sin falta, quienes vayan, obviamente. 

Dijo el profesor y Sam se giró a ver a sus amigas, quienes se veían entusiasmadas.

—¿Irán?— preguntó la castaña y tanto Emma como Hina asintieron afirmando.

—recuerden que son tres días y la escuela, o más bien el Estado corre con todos los gastos.— dijo repartiendo los papeles de autorización de apoderados.

—Claro, como deuda por el estrés y ansiedad que da este sistema educativo.— comentó Hina sosteniendo su papel.

—¿Disculpe?— preguntó el profesor a Hina y ella negó con la cabeza perseguida, lo que le produjo risa a Sam, quién guardó de inmediato el papel en su mochila.

Al salir del salón con sus amigas vio a lo lejos que el pelinegro iba girando a un pasillo, mientras en su mano agitaba el mismo papel blanco. No lo vio más.

Caminaba con sus amigas por el corredor vagando en sus pensamientos, preguntándose asimismo, ¿por qué lo extrañaba?, sin llegar a alguna conclusión buscó un razonamiento a su manera, científico: Lo que provocaba Baji en ella era adrenalina, lo mismo un juego en un parque de diversiones; una montaña rusa. Por lo que, cuando dejas el parque sientes un bajón, extrañándolo, pero conforme pasan los días, se termina ese sentimiento porque lo olvidas.

Miraba de reojo a sus amigas, queriendo contarles lo que le sucedía, y lo que había sucedido, pero temía que pensaran que estaba enamorada del chico.

—¡hey!— dijo un chico interrumpiendo el camino de Sam. ésta junto a sus amigas lo miraron extrañadas.—¿puedo hablar contigo un momento?— preguntó bastante natural

"¿acaso es otro "pretendiente"?, vaya, normalmente son más nerviosos o tímidos. Dios, como se reinventan los acosadores." pensó mientras veía al chico rubio y más alto que ella mirarla con confianza.

—Claro, dime.—respondió algo seca mirando con desconfianza al chico.

—Genial.— respondió sonriendo mientras posaba una de sus manos en el hombro de Sam cambiándole la dirección e indicando que caminase junto a él. Sam miró algo extrañada a sus amigas detrás, que no la miraban diferente, sin embargo siguió el paso del chico, alejándose de Hina y Emma.— antes que nada, no busco incomodarte, sé que muchos lo hacen, pero no tengo esas intenciones.— avisó mirándola bajo su hombro.

—¿Qué quieres hablar conmigo?— fue al grano.

—Bueno, es algo personal— decía mientras hacia ademanes con sus manos, recayendo su vista cada segundo sobre Sam. Los chicos caminaron por los pasillos hasta encontrarse en el patio del colegio.— bueno, sabrás que estamos en época de decidir que ser en el futuro, y esas cosas.— la miraba y Sam asentía.—Le hablé a mi padre que entre mis intenciones estaba la psiquiatría.— relataba y Sam se perturbó recordando a su madre. Ambos se dirigieron a una banca solitaria y tomaron asiento juntos.—y sé que tu madre es psiquiatra, puesto que es amiga de mi padre, y muero de ganas de hablar con algún psiquiatra.—Sam miraba algo incómoda al suelo, ya que él estaba pidiendo mucho. No lo conocía y no a cualquiera podría llevar a casa, menos con las discusiones constantes en ella.

—No lo sé, yo... me gustaría ayudarte pero.

—Sam— dijo el chico poniendo una mano en la pierna desnuda de la chica, lo que la puso en alerta.—tengo grandes ambiciones y lo que elija será toda mi vida, no quiero tener una vida miserable como mis padres, por favor entiéndeme.— habló con brillo en los ojos lo que hizo repensar a Sam, ya que podía ponerse en su lugar.

"quizás si conoce lo loca que está mi madre pueda olvidar ese camino" pensó.

—Bien, hoy le preguntaré si accede a una visita.

—¡en serio mil gracias!— gritó agradecido y rompió la distancia abrazándola brutalmente mientras de fondo se escuchaba el timbre indicar la vuelta a los salones de clases.

—Bien, mañana te aviso.

—Claro, pero, déjame acompañarte a tu salón, así nadie más te molesta de regreso.— dijo y ambos rieron mientras Sam trataba de ocultar un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Mientras parecían modelar por los corredores, a los lados todos los miraban, la mayoría de las chicas a él, y la mayoría de chicos a Sam y es que parecían una pareja envidiable salida de la tv.

—Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?— preguntó Sam antes de entrar a su salón, pues ya habían llegado.

—Adam.— respondió sonriendo y de inmediato despidiéndose agitando su mano.

(...)

Al acabar la jornada escolar salía de la escuela junto a sus amigas entre medio de la inmensa cantidad de estudiantes, todo iba bien hasta que sintió como alguien pasó por su lado empujándola, haciéndola detener a recobrar el equilibrio. Miró ofendida hacía el lado pero tal persona ya la había pasado, su mirada enfocada adelante vio como el pelinegro la pasaba para luego darle una leve pero profunda mirada por el rabillo de su ojo y seguir caminando empujando a la gente que se le cruzara.

¿Estaba Baji molesto?

favorite crime; keisuke baji || htrsxl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora