04. Camino a casa.

215 26 0
                                    

Cuando ya nos habíamos alejado del hospital y luego del centro de Tokyo, yendo a zonas más residenciales la luz se iba de a poco, lo que hacía algo peligrosas las calles, aún cuando el barrio en el que vivía era uno de los más prestigiosos.

Últimamente era un fastidio estar en casa, puesto que mis padres el poco tiempo que pasaban ahí o pasabamos en "familia" era usado para pequeñas o grandes discusiones. Y como nunca el aire fuera de casa estaba muy agradable para pensar sobre algunas cosas, o estar simplemente sola y fuera de casa.

Escuchaba mis pasos y detrás los de Baji, quién parecía un guarda espalda. No soportaba el silencio compartido y que estuviese acompañándome de mala gana, después de todo, no podía sucederme nada, las probabilidades eran muy bajas. Fruncí el ceño, me armé de valor y me detuve para girarme y quedar de frente.

—Baji, puedes irte, yo no iré a casa enseguida.

El me miró desde su altura algo confundido y ladeó su rostro, subiendo una ceja.—¿por qué, qué harás?

Lo miré ofendida.—Asunto mío será.

—Mikey me dijo que te dejara en tu casa, y luego si algo te pasa será mi responsabilidad.—dijo mirándome amenazante.

—¿disculpa?, quiero estar sola, no te lo estoy preguntando.— dije gruñendo mientras también le acercaba mi rostro enfadado.

Por un momento se me olvidó con quién estaba hablando, pues ni en broma yo sería contrincante para él, sin embargo si algo odiaba, era ser acosada o puesta en nervios.

Él en cambio acercó aún más su rostro, quedando su nariz a centímetros de la mía.—No.— respondió.

—Que me dejes.— gruñí.

—Puedo acompañarte a hacer tiempo.— dijo ahora reincorporándose en su lugar.

Me crucé de brazos cerrando los ojos.—Qué patético.— murmuré.

—¡Oi!— lo escuché gruñir mientras cruzaba a la otra calle hacia un parque, para subir a un columpio y casi ni balancearme.

—¿has tenido el presentimiento de que todo te sale mal?— le pregunté luego de un largo silencio. Él guardaba silencio de pie a unos metros de mi.

—¿no tenías que ir a la biblioteca?— preguntó con voz grave ignorando mi pregunta existencial.

—cerró hace una hora.

—¿era la biblioteca municipal, no?—preguntó y afirmé.—vamos, sé como entrar.—dijo comenzando a caminar hacia el supuesto lugar, lo que me pareció extraño, pero lo seguí; cualquier destino era mejor que estar en casa.

Caminamos en silencio, ahora él por delante, puesto que no podía ir a su velocidad, sus piernas eran muy largas. Al llegar vimos el gran edificio de arquitectura antigua, pues tenia casi mil años de antigüedad. Copiaba los pasos de Baji, aunque estos se dirigían muy lejos de la entrada principal.

—¿Cómo vamos a entrar?— pregunté confundida.

—No por la puerta principal obviamente, genia.— dijo con sarcasmo para luego dar un codazo a un vidrio y romperlo.

Abrí mis ojos y boca como plato.—No, no, no.— tartamudeé mirando a todos lados mientras él me miraba sin gracia y quieto.

—Ven, sube tu primero.— dijo mientras juntaba sus ambas manos formando un piso para que pusiera mi pie.

—Estás loco.

—No hagas drama, ya lo rompí, has que valga la pena.— dijo y lo miré con miedo.—vamos, te ayudo a subir.— dijo ahora estirándome una mano mientras teníamos un contacto visual por un momento intenso.

favorite crime; keisuke baji || htrsxl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora