*****En vista de que Ernesto y yo ya hemos comido, para cuando llega la hora de almuerzo no tengo apetito pero aún así me veo en la obligación de ir a la cafetería.
He quedado para almorzar con Harry, mi antiguo compañero del área de pasantías. Hace semanas que no hacemos más que saludarnos cuando nos vemos en la cafetería o si nos topamos de casualidad por los pasillos o el elevador.
En menos de quince minutos me pone al tanto de todo lo que ha pasado en el piso de los pasantes desde que me fui; contrario a lo que muchos cree, aunque no esté en dicho piso no soy más que una pasante y una vez terminada la reestructuración de los planos del proyecto Banners es muy probable que este pase en su totalidad a las manos de Ernesto y de los ingenieros y mi labor aquí habrá terminado.
Henry es un tipo muy agradable, tiene buena platica y eso vale muchísimo hoy en día, me cuenta sobre el despido de la chica encargada de la fotocopiadora, mira que no me gusta alegrarme de las desgracias de los demás pero si que se lo tenía bien merecido por pesada y sangrona la mal parida.
—Y cuéntame, ¿Qué tal todo? Escuché que tienes tu propia oficina y toda la cosa— pregunta Henry mientras revuelve sus espárragos, ya le había dicho que los de la cafetería saben ridículamente asquerosos pero no me hizo caso.
— Así es, es un poco pequeña para mi y mi egocentrismo pero intento hacernos espacio con lo que hay — digo de manera jocosa y Henry me acompaña con una para nada discreta carcajada.
Mi sonrisa se ve interrumpida con la llegada de Vanessa y Christina, antiguas compañeras de pasantía que no son de nuestro agrado por muchas razones.
No me molesto en poner buena cara, si alguien me cae mal se me nota hasta por los poros, por dicha razón no entiendo como aún después de mirarlas como si quisiera matarlas tienen la osadía de sentarse en nuestra mesa.
Henry esta igual de contrariado que yo.Vanessa, es la primera en lanzar un escueto saludo mientras acomoda sus gafas de pasta, que por cierto no necesita pero que usa porque según la escuché comentar con Christina le dan un aire intelectual.
Es una completa incompetente.
—Ivonne pero que placer que verte. No hemos sabido mucho de ti desde que nos dejaste— agrega mientras lucha por abrir un sobre de ketchup y hace un puchero que sólo hace que luzca aún más patética.
—Es una completa lástima, han de extrañarme un montón —alego dando mi sonrisa fingida más resplandeciente, lo notan.
Después de eso siguen parloteando sin parar, Henry y yo pretendemos escucharlas mientras cuento los segundos para que terminen sus insípidas ensaladas y desaparezcan de nuestra vista.
De vez en cuando nos hacen alguna pregunta a Henry o a mí, creo que dejaron de preguntarme cuando se percataron de mi nulo interés por seguirles la platica.
—Escuchamos que estas colaborando en un muy importante proyecto con el señor Ferreira. ¿Que se siente ser la favorita de Dios? — pregunta Vanessa mientras abre su botella de agua mineral y le da un sorbo.
—Que suerte tienes Ivonne — habla esta vez Christina— que no daría yo por ser bonita, las de cosas que uno se ahorraría.
Gracias a Dios no estoy almorzando, estoy segura de que hubiese escupido toda mi comida ante tan directas acusaciones. Necesito respirar antes de hablar.
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El padre de mi Hija
RomanceTener una hija esta BIEN, que su padre lo sepa ya es AVARICIA . ¿A quién se le ocurre tener una hija para ocultarle su existencia a su padre por 4 años? 🤡 ¿Y para terminar de rematar, va y se mete a trabajar a la empresa de su ex? Si crees qu...