*****POV Ernesto Ferreira
Siento como si la cabeza me fuese a estallar en cualquier momento; anoche fue una locura así que me reservo la mentira de que no vuelvo a tomar más, puesto que todos decimos eso mientras pasamos una resaca pero nadie cumple con esa mierda.
Dejé de engañarme en mi adolescencia; me gusta demasiado el trago como para dejar de tomar.
Mientras intento pararme de lo que antes era una cama perfectamente acomodada, voy recordando todo lo sucedido y si, la resaca valió totalmente la pena.
La fiesta de anoche estuvo increíble pero lamentablemente el deber me llama así que sin pensarlo mucho camino por mi desordenado apartamento rumbo a la regadera. Cualquiera diría que ha pasado un tsunami aquí dentro pero no... es sólo que la señora de la limpieza está de vacaciones así que ni modo. Eso de andar limpiando cosas no se me da, que no tengo el gen del orden.
Una ducha fría me cae de maravilla, quedarme en casa siempre es una idea tentadora pero si me quedo en la cama Alex vendrá a buscarme y me sacará a patadas, se carga un humor de mierda y se toma muy en serio su trabajo así que no espera menos de los demás.
Mi cuerpo se siente como si una demoledora a pasado sobre mí, una... y otra vez; así que imaginar a Alex terminando el trabajo me da escalofríos. Si, definitivamente paso.
Estoy intentando desallunar unas barritas energéticas que me he encontrado en la alacena Dios sabe desde cuando están ahí, pero no es que tenga muchas opciones sin Viky que haga las compras cada semana.
Tomo mi teléfono celular para como cada mañana, revisar mis redes sociales; casi que me voy de culo cuando en mi teléfono celular aparecen diecisiete llamadas perdidas de Alexander y no estoy exagerando.
Un escalofrío me recorre por entero y siento que mi corazón deja de bombear la sangre con destino a mi cerebro. No puedo evitar pensar lo peor, en todos nuestros años de amistad jamás, ¡pero jamás! Me ha marcado más de tres veces a mi teléfono celular, supongo que le parece lógico que si no contesto es porque estoy ocupado así que no pierde más su tiempo.
Generalmente cuando veo las llamadas le regreso, así funcionamos desde siempre.
Son las 6: 30am y su primera llamada no salió sino casi a la media noche. Ha pasado una eternidad y no hace más que preocuparme aún más.
Dejo de lado la basura energética con la que intentaba engañar mi estómago; de todas formas no es como si pudiese ingerir una migaja de pan con la angustia latente que se ha apoderado de mi cuerpo.
Rápidamente tomo mis llaves mientras voy marcando y corriendo en dirección a la puerta.
Nada. Me recibe el buzón de mensajes y eso es aún más extraño. Si alguien no se despega de su teléfono celular ese es Alexander.
Salgo disparado en dirección a mi coche con destino a su casa, se me ocurre contactar a su chofer; ¿Quién mejor que él para saber dónde está en todo momento?
Después de los tres primeros timbrazos, cuando creo que ya no va a contestarme, lo hace. No sé cómo sentirme al respecto cuando me dice que acaba de dejar al señor en las puertas de la oficina hace poco más de 15 minutos y eso de alguna manera me deja un poco más tranquilo.
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El padre de mi Hija
RomanceTener una hija esta BIEN, que su padre lo sepa ya es AVARICIA . ¿A quién se le ocurre tener una hija para ocultarle su existencia a su padre por 4 años? 🤡 ¿Y para terminar de rematar, va y se mete a trabajar a la empresa de su ex? Si crees qu...