Capitulo 38

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"No pienso dar ni un paso atrás...", la voz de Poché resonó fuerte y clara en el casi vacío apartamento mientras subía el volumen de la radio. Usando el rodillo de pintura como micrófono y haciendo reír a Dani desde su lugar, cantó con todo su corazón.

"En el camino que me lleve hacia tus besos...", Poché continuó junto con la música de fondo, el pincel era su pequeño micro. Se había ofrecido a ayudar con la decoración de su piso y tanto Dani como poché habían dicho que si al instante. Y aquí estaba la pelirroja, con una camisa vieja y pantalones cortos, su pelo atado en un moño suelto y la pintura y el pincel listos para trabajar.

Desde el momento en que poché le había contado lo que quería estudiar, Natalia había decidido que ella quería seguir por el mismo camino. Así que, luego de consultárselo a sus amigas, se había inscripto en la misma universidad aunque con la intención de vivir en los dormitorios del campus.

"No pienso en eso, se los confieso...", la rubia cantaba mientras se acercaba y tomaba la mano de Dani poniéndole el 'micrófono' cerca para que cantara.

"Hoy me arriesgo a todo sin mirar atrás", riendo, Dani besó los labios de su novia para luego bajar el volumen de la radio.

"¿Creen que vamos a terminar hoy aquí?"

"Eso no lo se pero yo opino que esto de cantar se nos da bien, ¿O no Natalia?"

"¡Pues claro!", la pelirroja estuvo de acuerdo.

Dejando salir un respiro, Dani puso los ojos en blanco mientras sonreía. "Ya... Y yo que pensaba que mañana dormiríamos en nuestra cama."

"¿Nuestra cama? Me gusta eso", la rubia sonrió. "¡Bueno, basta Natalia... vamos a trabajar!", exigió y giró para prepararse, haciendo que sus rizos volaran por el aire.

"Vale, mientras ustedes pintan yo terminaré todo para poner las tortugas en las paredes del baño", declaró. "Porque todo lo que mi novia quiere, mi novia lo consigue - o casi todo", añadió guiñando un ojo cuando la rubia sonrió.

"¿Y por qué tortugas?", preguntó Natalia ya distraída mientras empezaba a pintar nuevamente la pared. Con el pequeño pincel se iba a complicar pero ella estaba tan divertida conversando con sus amigas que no le importaba.

Poché se encogió de hombros y mojó el rodillo en la pintura por primera vez mientras respondía. "Es que las tortugas significan algo especial para nosotras."

"¿Algo especial? ¿Qué tienen de especial las tortugas?"

"Cuando acababa de perder a mi familia y estaba en el hospital, Poché me dio a su Señor Tortugas para hacerme compañía", sonrió con cariño al recordarlo.

"Y lo hizo", añadió la rubia. "Era mi juguete preferido. Le había dicho que lo quería de vuelta una vez que le dieran el alta, pero..."

"Pero luego me dijo que podía quedarme con él y que me lo regalaba porque ella ya tenía la tortuga bebé. Y la verdad era que el Señor Tortugas alejaba mis pesadillas también, así que me alegré de que me lo diera."

"Pero a los seis años Dani pensó que un bebé nunca debería estar sin su mamá, así que me compró uno nuevo, la Señora Tortugas. Y todos ellos han estado con nosotros desde entonces", terminó la historia con una sonrisa. No cambiaría su historia o sus tortugas por nada en el mundo.

Una en un millón [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora