Capitulo 25

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Poché estaba enfadada. Aunque su día había empezado sorprendentemente bien, había empeorado y ahora estaba realmente enfadada. Enfadada con las chicas mayores de la competencia de natación y enfadada con su entrenador por sugerirle que debería intentar nadar contra chicas más grandes, que no sólo eran más altas que ella sino también más fuertes y más rápidas.

Y sí, perdió y ahora estaba enfadada consigo misma por no ser mejor. Pero encima de todo eso, estaba enfadada con su novia, porque a pesar de su promesa de estar ahí como siempre, no lo había estado. Y sin su amuleto de la suerte, había tenido un mal presentimiento antes de sumergirse, su giro había salido mal y se había quedado sin aire más rápido de lo que estaba acostumbrada. Así que sí, estaba echando humo porque Dani no había aparecido para darle su beso de buena suerte, ni estaba sentada en algún lugar de la multitud, animándola como siempre.

Al abrir la puerta de su casa, dejó caer su bolso al suelo y dio un portazo. No le importaba si su padre le gritaba por hacerlo, tampoco le importaba si su madre la regañaba. Tenía que dejarlo salir.

"Sabes muy bien que no damos portazos en esta casa, poché", sonó la voz de su padre mientras se asomaba a ver de donde venía el ruido.

"Uf", resopló, no queriendo darle una respuesta real.

"¿Qué ha pasado?"

"De todo papá, de todo", en su voz se reflejaba el cansancio.

"Cuéntame anda", la miraba con cara de preocupación.

"No quiero papá... Ahora sólo quiero estar enfadada con mi entrenador y con mi novia."

"¿No te ha ido bien?"

"Pues no, no me ha ido nada bien", ella resopló mientras tiraba su cabeza hacia atrás.

"Sabes que hoy era para practicar, no para ganar cariño. Además eran niñas más grandes, ¿verdad?"

"Ya lo sé papá. Todas eran mayores que yo y mucho más altas."

"Por eso te digo yo que era solo de práctica."

"Bueno, pero igual estuvo fatal", respondió Poché cruzando sus brazos.

"Bueno Poché, no siempre se gana hija. Lo importante es dar lo mejor de ti, ¿Has dado lo mejor?"

Poché solo negó con la cabeza.

"¿Como que no? ¿Y eso por qué?", preguntó Juan, aunque ya sabía la respuesta.

"Porque Dani no vino."

"Y porque ella no ha aparecido, ¿No has dado lo mejor de ti?"

"No. Ya estaba enfadada porque le había enviado un mensaje y ella había dicho que estaría allí pero no estaba. ¡Y aun así no me ha enviado mensajes porque sabe que está en problemas! ¿Y de qué te ríes?", le preguntó la adolescente a su padre cuando notó la sonrisa en sus labios. "No es gracioso papá."

"Lo siento, lo siento hija", bromeó Juan.

"Mira, mejor me voy a mi habitación...", comenzó a subir las escaleras sin esperar la respuesta de su padre. Mientras tanto pensaba en lo que podría haber evitado que Dani cumpliera su promesa. Así no era su novia, nunca había roto sus promesas. Incluso cuando le dijeron que se mudaría a miles de kilómetros de distancia, había estado allí para la competencia de Poché.

Una en un millón [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora