Poché 24 y Calle 25 años.
Si alguien le preguntaba a Poché cuál era uno de los mejores años de su vida, estaba segura que hubiese elegido los veinticuatro, porque de principio a fin había sido inolvidable.
Había empezado viajando, recorriendo Argentina desde norte a sur y lo había disfrutado a cada minuto. Y lo mejor de todo era que su compañera de viaje era Calle y todo era más divertido si la morena estaba a su lado.
Durante el año también habían llorado, reído, peleado pero sobre todo, habían decidido que era momento de agrandar la pequeña familia que habían formado y tener un hijo. Y es que el momento era perfecto, llevaban mucho tiempo conviviendo juntas, estaban casadas y terminando sus carreras. Pero lo más importante, se querían mucho y estaban listas para dar ese paso.
Se pasaban las noches conversando sobre como sería, sobre lo que le cocinarían o las reacciones que iban a tener los abuelos. Ya se imaginaban a Marta diciendo cosas cómo '¿Quién es la niña más guapa del mundo?" -lo mismo si era un niño-o a Emma llenándola de besos. Así que lo hablaron, lo discutieron, lo analizaron y llegaron a dos conclusiones. La primera era que no veían la hora de tener un hijo juntas y la segunda era que sería Calle quien quedaría embarazada. Las dos estaban dispuestas a hacerlo pero al final había sido la morena la elegida, así que poché donaría sus óvulos pero sería Calle quien llevaría al bebé durante los siguientes nueve meses.
Habían pasado semanas yendo a una de las clínicas que le había recomendado Juana y, cuando ya tenían todos los aspectos 'técnicos', solo quedó pedir una cita y prepararse para la aventura.
En febrero habían comenzado el tratamiento y para abril ya tenían la preciosa noticia que un niño o niña estaba en camino. No le había costado mucho a poché adivinarlo porque después de como cuatro pruebas de embarazo, Calle había salido del baño con los ojos llenos de lágrimas de felicidad para contarle la noticia a su mujer.
Y ahora ya estaban en octubre. Con ocho meses y dos semanas de embarazo ¡Ocho meses y dos semanas! Solo les quedaban los últimos días y ya llegaría el bebé. Calle se había dado de baja al trabajo hacía unas semanas atrás y ya tenían todo preparado para correr hacia el hospital en cualquier momento. Y aunque las dos estaban muy ansiosas, Poché tenía que admitir que iba a echar de menos todo eso, porque la morena embarazada había sido muy adorable. No podía levantarse sola del sofá, siempre andaba detrás suyo en busca de mimos y dos o tres veces la había encontrado hablándole a su panza con cariño. Le encantaba ver como los ojos de Calle brillaban y cómo sonreía cada vez que la rubia le cumplía sus antojos, y eso era lo que poché hacía siempre que podía.
"Calle, te he dicho que no te comas todo el helado que te va a hacer mal", la regañó Poché cuando regresó a la cocina solo para encontrarla de espaldas a ella con la cuchara en mano y su boca llena.
"Es que está muy rico cariño", respondió sin levantar la cabeza. De repente le habían venido unas ganas tan grandes que no había podido controlarse.
"Además, que ya deben estar por llegar mis padres", habían acordado que vendrían a cenar de visita y Poché se había pasado la tarde cocinando para ellos, pero al parecer ahora su mujer quería comerse todo lo que estaba a su alcance.
"Lo siento poché y también lo siento por no poder salir con tus padres, de verdad."
"No pidas perdón amor."
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Una en un millón [Terminada]
FanficSe conocieron cuando Poché tenia 5 y Calle 6 años. Desde el primer momento, se volvieron inseparables. Esta es la historia de como fueron creciendo y aprendiendo juntas. ~Los capítulos están en edición, una disculpa por los errores ortográficos~