Capitulo 30

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Poché se despertó y se sentó en la cama de su novia, era sábado por la mañana así que podrían quedarse un ratito más. Deslizándose cuidadosamente por debajo de las mantas para no despertar a la bella durmiente, se vistió con un par de pantalones cortos y se puso una de las sudaderas de su novia. Le encantaba llevar la ropa de Dani pero mucho más sus sudaderas. No había nada más cómodo que eso y siempre olían a ella.

"¿Por qué te has ido de la cama?", escuchó una voz dormida que le hablaba.

"Es que tenía frío", respondió ella. Estaba segura de que Dani ni siquiera había abierto los ojos para notar que se había ido.

"Y ahora yo también tengo frío", agregó con ternura. "¿Vuelves a la cama?", su voz aun sonaba ronca y Poché no pudo evitar hacer lo que su novia le pedía. Así que, arrastrándose bajo las sábanas otra vez, sintió que el cuerpo junto a ella se tensaba mientras sus pies fríos rozaban las piernas de Dani, provocando un no tan agradable gemido. "Lo siento, lo siento."

"Mhmm", la morena murmuró, acariciando con su nariz el cuello de poché e inhalando profundamente mientras lo hacía.

"¿Has dormido bien?"

"Si", respondió soñolienta.

"¿Cómo está tu hombro?", preguntó la rubia con preocupación. Recordaba vagamente a Dani tomando sus analgésicos anoche, pero no estaba segura si realmente había sido anoche o la noche anterior.

"Duele un poquito", contestó honestamente.

"¿Quieres tomar algo para el dolor?"

"¿Me das un beso primero?", alejándose un poquito, notó la sonrisa que su pregunta había puesto en los labios de la rubia.

"Como si pudiera decir no a eso", sonrió y se inclinó para besar sus labios pero antes de que Dani pudiera siquiera pensar en profundizarlo, Poché se alejó y estudió la cara de su novia. No había ningún signo real de dolor, pero sabía que ya significaba mucho que Dani confesara que le estaba doliendo. "¿Te traigo algo para el dolor?"

"Sí, por favor", murmuró, no feliz por el hecho de que poché tuviera que salir de la cama otra vez -y de la habitación-, pero muy agradecida por no tener que levantarse todavía.

Al volver, Poché encontró a la morena en la misma posición que cuando se había ido. "¿Sabes qué día es hoy?", preguntó mientras le entregaba todo.

Asintiendo con la cabeza mientras jugaba con dos pastillas en la palma de la mano, tomó un sorbo de agua antes de tragarse la medicación. "Sábado", solo respondió mientras terminaba de tomar.

"¿Y qué quieres hacer hoy?", preguntó Poché parándose en el vestidor para preparar la ropa. Dani se paró de la cama y se acercó por detrás.

"Estudiar", jugó con su novia.

"Espero que estés bromeando Dani", Poché respondió lo más seria que pudo.

"Un poco, si", admitió y logró sujetarla con su cuerpo sonriendo.

"¡Pues muy mal!", la rubia resopló.

Se acercó tanto a Poché que ni un pelo cabía entre ellas y comenzó a acariciar su cintura mientras su mano bajaba cada vez más. Levantando una pierna para que su muslo se deslizara fácilmente entre las piernas de su novia, escuchó el jadeo que dejó labios suaves y rosados. "¿Qué decías?", murmuró en su oreja justo antes de que sus labios encontraran cierto punto detrás, provocando un suave gemido.

Una en un millón [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora