Poché 21 y Dani 22 años.
Asustada por los golpes en la puerta del apartamento, Poché dejó caer el bolígrafo en su mano sobre la mesa de café y se levantó de su lugar en el suelo. Dani podría haber tenido la intención de usar el escritorio para estudiar, pero cada vez que ella no estaba cerca, la rubia aprovechaba para tirar sus notas y libros por todo el suelo o la cama.
"Bueno, bueno... Ya voy", gritó cuando oyó a la persona llamando a la puerta otra vez. Comprobando la hora, se dio cuenta de que ya eran más de las nueve y se preguntó por qué su novia no estaba en casa todavía. Ni siquiera había pensando en que Dani podría estar al otro lado de la puerta, es que la morena nunca olvidaba sus llaves.
"Abre la puerta, Poché", escuchó del otro lado y reconoció la voz en un instante. Cumpliendo con lo que le decía, fue recibida por su amiga.
No era algo nuevo que Natalia apareciera sin avisar, pero un jueves por la noche y tan tarde si. "Hola Natalia, ¿Pero qué haces aquí tan tarde? ¿Ha pasado algo?", a medida que pasaban los años había quedado claro que, aunque eran un grupo de amigas muy cercanas, poché siempre recurría a Natalia - y viceversa - cuando necesitaba alguien más con quien hablar que su novia. Por suerte, Dani y Juana eran iguales, así que nadie se quedaba fuera.
"¿Está Dani en casa?", cuando recibió un 'no' como respuesta continuó. "Es que necesito alguien con quien hablar y he venido aquí...", respondió la pelirroja y pasó por delante de poché que cerró la puerta en silencio. Al caer en el sofá, se echó un brazo sobre los ojos y suspiró. "Por favor, dime que no estas escribiendo la tesis."
"No, no... Estaba leyendo un poco", respondió aunque un poco abrumada. Todavía no entendía que le estaba pasando, así que se sentó a su lado mientras estudiaba su cara. "Pero dime, ¿De qué quieres hablar?"
"He besado a Juana."
Su primera reacción fue de sorpresa, pero estaba segura de que Natalia estaba bromeando así que soltó una carcajada. "Pff, ¡Que graciosa eres! ¿De verdad piensas que voy a caer otra vez?", preguntó con una sonrisa. A lo largo de los años, sus amigas le había hecho esa broma más de una vez. La primera, Juana y Natalia la habían y inventado cuando poché y Dani habían regresado de visitar a sus padres el primer año. No hace falta decir que ambas estaban sorprendidas. Pero al final, Juana se había rendido y habían admitido que era broma y que solo querían saber como reaccionarían. Pero la segunda vez, Juana había aparecido en su puerta llorando, diciendo que Natalia había dejado de hablarle después de que se vieron forzadas a besarse durante un juego. Cinco minutos más tarde, Natalia también apareció, riéndose y la rubia se había enfadado con ambas durante una semana.
"Ojalá estuviera bromeando otra vez poché", respondió Natalia, dejando caer su brazo a un lado y mirando a su amiga. Le dio una débil sonrisa y luego miró fijamente al techo.
"¡Madre mía! ¡Estás diciendo la verdad!", gritó Poché. "¿Que ha pasado?"
"¿He arruinado nuestra amistad? Eso ha pasado", intentó adivinar la pelirroja. "¿Cómo se supone que vamos a seguir siendo amigas? Las amigas no se besan de la nada, ni siquiera me gustan las chicas poché. A Juana no le gustan las chicas y créeme, yo lo sé. La he visto con Fede y he visto más de lo que quería", resopló y sacudió la cabeza con asco al recordar que había entrado en la ducha y los había visto una mañana.
"No digas eso, Natalia. Y tampoco es que Juana no te ha visto con Carlos a ti que ya te digo yo... Y además, yo también he besado a mi mejor amiga hace tantos años atrás, no es para tanto...", se alejó. Aún recordaba su primer beso como si hubiera sido ayer. Habían contado hasta tres, pero su hermano las había interrumpido así que unas semanas después habían vuelto a intentarlo.
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Una en un millón [Terminada]
FanficSe conocieron cuando Poché tenia 5 y Calle 6 años. Desde el primer momento, se volvieron inseparables. Esta es la historia de como fueron creciendo y aprendiendo juntas. ~Los capítulos están en edición, una disculpa por los errores ortográficos~