"¿Vas a comerte todo eso cariño?", preguntó Dani. Estaban sentadas en la mesa desayunando, la morena se había preparado una taza de té preferida mientras Poché se había llenado el plato de churritos. Después de todo, era el primer día de las vacaciones del semestre y ambas lo iban a disfrutar sin pensar en exámenes ni trabajos ni nada.
"Pues si... Es que hemos hecho mucho ejercicio. ¿Y tu...", su pregunta fue interrumpida por el golpe en la puerta del apartamento. "No estamos esperando a nadie, ¿verdad?", si lo estuvieran, no estaría sentada en medio de su cocina sólo vestida con una camiseta y unas bragas.
"Creo que no, ¿Te ha dicho algo Natalia?", preguntó la morena mientras se levantaba de su lugar.
Sacudiendo la cabeza, tiró de la tela de su camiseta blanca, tratando de estirarla sobre sus rodillas mientras Dani abría la puerta.
"Hola chicas... No interrumpo, ¿verdad?", preguntó Juana. Su pelo era un desastre, estaba todo mojado y revuelto y llevaba todavía su pijama.
"No mujer. Pasa, pasa", le respondió dándole paso, obviamente confundida. "Te ves..."
"Sí, ya lo sé. Es que he tenido que irme, ¿vale?", acotó un poco nerviosa. Se sentó frente a Poché mientras sus ojos se fijaban en sus propios dedos temblorosos.
Poniendo un plato delante de su amiga, una invitación silenciosa para que Juana se sirviera si quería comer algo, Dani sirvió otra taza de té, sabiendo que eso consolaba a la morena tanto como a su futura mujer.
"¿Quieres que me vaya así hablan más tranquilas?", ofreció Poché.
"No. Por favor, no. Yo sólo... He tenido que irme y desde... Madre mía, anoche ha sido su aniversario y yo aquí hablando de esto", miró a poché que estaba sentada frente a ella. Se veía feliz. Cansada y como si se acabara de levantar de la cama, pero feliz. Parecía que sus problemas se habían ido con el viento. Por supuesto, Natalia le había contado las sospechas de la rubia, pero es que ninguna de las dos se imaginaba que Dani sería capaz de algo así. Incluso estaban seguras que Dani nunca podría querer a nadie más tanto como quería a poché. "¿Ya están mejor?"
"Pues si", poché sonrió y no tan sutilmente usó su mano izquierda para llevarse la taza a su boca. Sus ojos encontraron a Dani que movía la cabeza con una sonrisa.
"¡MADRE MÍA!", los ojos de Juana se abrieron y una mano inmediatamente tomó la de poché para acercarla a sus ojos. "¿Es eso lo que creo que es?"
"No lo sé... ¿Qué crees que es?", bromeó Poché.
Pero antes de responderle, se dio la vuelta para enfrentarse a Dani. "¿Se lo has preguntado y no me has contado antes?"
"Lo siento, lo siento. Es que era una sorpresa", repitió mientras levantaba sus manos en defensa con una enorme sonrisa. Pero luego volvió a mirar a Juana y se quedó pensando en como lucía, sabía que algo había pasado. "Dime, ¿Qué ha pasado?"
"Ay, es que... Ella... yo...", respirando profundamente y contando hasta cinco en su cabeza, intentó de nuevo. "La besé."
"Eso ya lo sabemos, ¿Y que más?", porque eso había sido hace días, Poché lo recordaba.
"No, no. La besé... Y he sido yo, no ella. Natalia había salido del baño envuelta en una toalla y su cabello estaba todavía húmedo y yo solo... No lo se. La empujé contra la pared y la besé allí", todavía no podía creer como había hecho eso. Nunca había sido tan... pasional. Ni con Fede, ni con ningún otro chico antes.
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Una en un millón [Terminada]
FanfictionSe conocieron cuando Poché tenia 5 y Calle 6 años. Desde el primer momento, se volvieron inseparables. Esta es la historia de como fueron creciendo y aprendiendo juntas. ~Los capítulos están en edición, una disculpa por los errores ortográficos~