«¿Siempre hay un roto para un descocido?»
Una mañana Tezuka Misaki recibe la visita inesperada de Norizaka Seiichirou, un viejo amigo de su padre, que le pide un favor muy especial: cuidar de su hijo mientras el viaja por trabajo a otra ciudad.
Misa...
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─ Si, pero no puedo hacer que se vean bien. ─ dijo Misaki con cierto grado de cansancio en su voz. Shin cerró la puerta detrás de si, para que el aire frio ya no se colara al departamento.
─ ¿Haz intentado cambiar esta línea?─ preguntó la voz de otra persona que estaba con Misaki.
Shin se acercó a la cocina y vio que ahí estaban, sentados en la mesa, con dos computadoras y muchos papeles alrededor, Misaki y Naoki, se veían muy concentrados en lo que fuera que estaban haciendo, Shin no los quería interrumpir.
Misaki se levantó de la silla y se estiro en su mismo lugar, de reojo pudo ver a Shin asomado, casi escondido.
─ ¡Shin!─ dijo para llamar la atención─ Llegaste temprano.
El chico entró en la cocina, saludando tímidamente a Naoki con la mano. Se acercó a Misaki, abrazándolo por la cintura y dándole un pequeño beso en los labios.
─ Mi último profesor no llegó a la hora de la clase. Katsura y Masami fueron a recoger unas cosas de Katsura así que yo vine directo aquí. ─ explicó Shin. Naoki se sentía un poco desplazado, teniendo a la pareja junto a él.
─ ¿Tienes tareas?─ preguntó Misaki. También se había olvidado de la existencia de su amigo.
─ No. Solo tengo que leer. ─Shin se separó de Misaki y se fijó en la computadora del mayor. ─ ¿Qué están haciendo?
─ Pruebas de seguridad y diseño de la página de internet─ contestó Naoki, volviendo a revisar la computadora que tenía frente a él.
─ Son cosas aburridas del trabajo.
─ Aburridas y complicadas.
─ ¿Es mucho trabajo?─ preguntó Shin.
─ No demasiado. Me desocupare antes de que anochezca.
─ De acuerdo.─ Shin sonreía. ─ Iré a descansar un rato.
─ Adiós, Shin. ─Se despidió Naoki viendo como Shin se dirigía al pasillo de las habitaciones. Él se despidió con un movimiento de mano. Naoki y Misaki se volvieron a quedar solos. ─Me empalagó solo con verlos estar tan cariñosos.
─ Ja, ja. Como si tu no fueras así con tus parejas. ─ Apuntó el pelilargo.
─ Pues no. Esas cosas no son para mí.
─ Por eso nunca llegas a más de cuatro meses de relación. ─ Naoki le dio un golpe en el brazo a su amigo. Se rieron por unos momentos.
─ Pero... Eres feliz, ¿verdad?
La pregunta tomó por sorpresa a Misaki. El silencio se hizo pesado.
─ Ha sido un poco difícil. Shin tiene muchas dudas y no sabe si están bien muchas cosas que he querido hacer. Apenas está descubriendo sus sentimientos, pero es tan lindo.
