CAPITULO 4: LA FIESTA NO PARA

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La fiesta no para, nada lo frena. Pía es el alma de la fiesta, está mas motivada que nunca. Mayra baila con Joaquin y se besan, Constanza hace lo mismo con Matías.

Todos se la pasan muy bien y Ángel notó que Samuel estaba observando mucho a Allison, Ángel le movió el brazo, Samuel se le quedó mirando y Ángel con sus cejas comenzó a moverlas burlándose de su vecino, a lo que Samuel algo incomodo le negó todo.

- En vez de preocuparte de a quien miro, mejor ve donde Catalina que está sola.- Le dijo Samuel riendose.

Ángel tomó su vaso y se fue hasta donde ella estaba, Catalina lo miró y le dijo en un tono irónico:

- Llegó mi superhéroe a rescatarme!.

Ángel rió y ella le dijo:

- Quiero bailar, ¿me acompañais?.

- No bailo, lo siento.

Catalina le sonrió y lo miró desafiantemente, lo tomó de la mano y se lo llevó al centro en donde se dio cuenta de que Ángel realmente si bailaba, y lo hacía de forma muy sensual. Ambos se fueron acercando lentamente y cada vez los pasos de baile eran mas apegados entre ambos.

Samuel a lo lejos veía a su amigo, se fijó en que lo estaba pasando bien, por lo que decidió salir a tomar un poco de aire, era loco porque el sabía que estaba en una fiesta, con personas que aun estaba conociendo pero le simpatizaban, no era motivo para estar triste, pero Samuel se sentía triste, claramente extraña a su hermano, no es facil, no es llegar y olvidar de un momento a otro. Samuel miró el cielo y de pronto le vibró el celular en el bolsillo. Samuel se fijó en las llamadas perdidas que tenía y por eso mismo devolvió el llamado a Chile.

- Samuel...es Vic.- Le dijo Felipe.

- ¿Qué ocurre con Vic?.

- Está enferma, tiene cáncer.- Respondió Felipe.

Samuel al escuchar la palabra cáncer se quedó helado, no pudo aguantar sus lagrimas, Felipe le hablaba pero Samuel no respondía nada, simplemente cortó el telefono y a su lado se sentó alguien que lo comenzó a abrazar de la nada. Samuel miró a su izquierda y era Allison, Samuel no comprendía, menos ella. Pero lo que si sabía ella era que Samuel no estaba bien, estaba llorando en una fiesta, eso nunca ha sido buena señal.

- ¿Te acompaño a casa?.- Preguntó Allison secando sus lagrimas.

Samuel con sus ojos llorosos aceptó y ambos se fueron caminando en medio de la oscura noche. No hablaban mucho, Samuel iba consumido en su silencio y Allison le preguntó que le ocurría, Samuel con su voz temblorosa le dijo lo que realmente ocurría, a lo que Allison empatizó con el. Sabía que aquello era muy triste.

Ambos siguieron caminando y Allison puso una canción en su celular, Samuel no comprendía que bicho le había picado, Allison comenzó a saltar, a bailar y a reír, mientras que Samuel la miraba y lanzaba una leve sonrisa. Allison le tomo la mano y comenzó a animarlo a que bailara en medio de la calle, y de un momento a otro se puso a llover torrencialmente, Samuel se quitó la chaqueta y se la entregó a Allison para que se cubriera, Samuel no sabía adonde correr para cubrirse y Allison le tomó la mano e hizo que la siguiera. Ambos corrieron y se adentraron en un parque, llegaron a una florería, Allison abrió la puerta y por suerte estaba sin seguro, ambos entraron, estaba todo oscuro, ambos se miraron fijamente y comenzaron a reírse. Samuel estaba empapado y se quitó la polera. Allison se le quedó mirando, hubo una gran tensión entre ambos, Allison estiró su brazo para entregarle la chaqueta y Samuel se la recibió lentamente, había una gran tensión, se fueron acercando lentamente y de pronto entró Constanza junto a Matías empapados y se les quedaron mirando.

- Está fuerte la lluvia.- Dijo Matías riéndose y cortando el incomodo momento.

La fiesta seguía bajo la lluvia, estaban todos mojados pero la fiesta seguía y Pía gritó:

- ¡Todos a la piscina!.

Y todos se lanzaron a la piscina y Catalina cayó al lado de Ángel. Ángel se quitó la polera y Catalina se le acercó y sin pensarlo dos veces se besaron. Fue como de esos besos de película, en donde nada parecía frenarlos, mientras que todos estaban a su alrededor viendo el momento.

Estaban los cuatro en esa florería, había un silencio bastante extraño, Samuel se puso su chaqueta para así no estar a toro desnudo y Constanza dijo:

- Constanza hará una fiesta en su casa del lago, ¿queréis ir con nosotros?.

- Lo siento, no puedo, debo viajar a Chile por unos temas.- Respondió Samuel.

Matías al escuchar esto expresó una leve risa, Samuel lo miró y se marchó.

Constanza miró a Matías con rechazo y salió detrás de Samuel para ver cómo estaba, esto le molestó un montón a Matías, sus celos ya están yendo muy lejos. Samuel solo quería estar solo, no se sentía bien, algo que Constanza tuvo que respetar.

Ángel estaba en un sillón todo mojado y a su lado estaba Catalina durmiendo, ya era tarde y Ángel se dio cuenta de aquello, por lo que tapó a Catalina y se devolvió a su casa. Al llegar quizo entrar despacio pero estaban sus padres esperándolo. Su mamá encendió la luz y su padre se paró firme frente a él:

- ¿Bebiste?.- Le preguntaron.

- No.- Respondió Ángel nervioso.

- Sopla.- Dijo el papá.

Ángel sopló esperando que no se dieran cuenta pero si lo hicieron. Su padre lo tomó del brazo y se lo llevó a su habitación, en ese lugar le dio una cachetada y lo dejó en la cama mientras Ángel lloraba. 

Ya llegó el día de la prueba en el Real Madrid. Samuel llegó a las instalaciones y al fondo vio entrenar a jugadores como Benzema. Samuel estaba sentado esperando su turno y se le apareció un chico que ya era parte del plantel, era el capitán de la categoría, su nombre era Moisés, el se sentó junto a Samuel y le dijo:

- Eres diferente.

Samuel se le quedó mirando y el añadió:

- Todos llegan acá y comienza a presumir su técnica, su talento, pero tú no lo haces, tú estas concentrado en hacerlo bien hoy, solo en eso, y eso es bueno.

Samuel le agradeció sus palabras y ahí fue cuando los llamaron todos a la cancha y comenzaron a entrenar.

Samuel lo daba todo en cada ejercicio, algunos reían, bromeaban, pero el solo estaba concentrado. Luego llegó el momento del partido y todos buscaban lucirse, hacían lujos, incluso algunos innecesarios, pero Samuel se mantenía seguro, no hacía nada que no fuese necesario.

Constanza estaba comprando y en la esquina estaba Matías esperándola:

- Debemos hablar.- Dijo él.

Constanza lo ignoró y él salió detrás de ella y la detuvo.

- Me tenéis hasta los cojones tío, tú y tus celos!.- Le gritó Constanza.

Matías le pidió disculpas pero esto no terminó por convencer a Constanza que entró en su casa. Al entrar encontró a su mamá llorando, Constanza se acercó para verla y tenía un moretón en su muñeca, algo que la hizo sospechar de que ocurrió algo mas que solo griteríos. 


The BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora