CAPITULO 6: UNA VERDAD DIFICIL DE CONTAR.

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La travesía continua, Samuel y Sebastián corren a toda velocidad intentando llegar lo mas alejados del mar. Ambos van por entremedio de la selva, sin saber lo que ande por aquel lugar, claramente están perdidos, pero saben que deben alejarse de la costa. 

Ambos siguen corriendo y en eso se detuvieron del cansancio y una lanza les rozó y se enterró en el grueso tronco de un árbol, ambos se asustaron y en eso comenzaron a ver como unas personas semi desnudas, con sus cuerpos pintados y sosteniendo lanzas los rodeaban, en eso el que parecía el líder comenzó a hablar pero no se entendía, hasta que comenzó a hablar en español y les dijo:

- No poder escapar de su destino, deben pagar por esto.

Samuel y Sebastián no comprendían y en eso, estos hombres comenzaron a acercarse, ambos estaban muy nerviosos y de pronto comenzaron a golpearlos, eran cerca de veinte, y los golpearon hasta noquearlos.

Ambos despertaron en una habitación, estaban desnudos y era de noche, en eso apareció un hombre y les dijo:

- Tengan ropa, los encontramos heridos afuera del pueblo, creo que fueron asaltados por los Selknam.

Samuel y Sebastián se observaron y se vistieron, El hombre siguió hablando y les dijo:

- No pueden salir hasta mañana, pueden quedarse acá.

Ambos se quedaron mirando muy adoloridos y comieron de lo que les trajo el hombre. Sebastián comenzó a reírse de la nada y le dijo:

- Tú culo sigue igual de negro.

Samuel se rió y le dijo:

- Y a ti de blanco ya no te queda nada.

Sebastián se rió y en eso Samuel comenzó a sollozar, Sebastián creía que era por lo del terremoto, y el hecho de que estaban lejos de su familia, pero en realidad no era eso, Samuel con sus ojos llorosos decidió decirle la verdad:

- Sebastián... tengo cáncer.

Sebastián se sorprendió, sus ojos se llenaron de lagrimas y le dio un fuerte abrazo, ambos comenzaron a llorar juntos, era una noticia muy fuerte y difícil de digerir.

En medio de la noche, Felipe y Agustín caminan rumbo a alguna zona segura, hay un silencio raro entre ellos dos, claramente se debe a la preocupación que sienten, lo del terremoto y el posterior tsunami ha sido muy impactante e inesperado.

Pasado unos minutos, Agustín le preguntó:

- ¿Cómo va todo eso del futbol?.

Felipe sonrió y respondió:

- Estoy animado, pero es difícil con tantas cosas en mi mente

Agustín se le quedó viendo y le preguntó:

- ¿Todo bien con Chloe?.

Felipe sonrió y respondió:

- Todo va de maravillas con ella, perdí mi virginidad con ella, será imposible de olvidarla, pero a la vez tengo un miedo re jodido, pues no quiero que esta relación me saque de mi foco, me siendo jodidamente feliz, y me da miedo sentirme así, en cualquier momento siento que sucederá algo que no me permitirá avanzar.

Agustín se detuvo en medio del camino y le respondió:

- No te preocupes por el futuro, nadie sabe que pasará, disfruta tú adolescencia, disfruta tú relación con Chloe, entrena duro, fíjate un objetivo, Samuel siempre me lo dice, estás para grandes cosas, y yo también lo he visto, tienes un talento inigualable, eres una joya viva, pero debes creerte el cuento.

Felipe sonrió y en eso apareció una camioneta que transportaba gente hacia el hospital, ambos se observaron y decidieron subir, es lo mas seguro que hay de momento, era eso o quedarse en medio de la selva a oscuras.

Samuel y Sebastián se secan sus lagrimas, Sebastián le dijo:

- Debes luchar, no puedo perderte a ti también.

- Tengo mucha gente por quien luchar, y tú eres una de ellas.

En eso tocaron la puerta, era el hombre y les dijo:

- La policía está acá, los llevarán al hospital, allí estarán a salvo.

Samuel y Sebastián muy agradecidos se acercaron a darle la mano y en eso Samuel le pidió un papel y una hoja, el hombre no entendía el porque necesitaba aquello, y ahí fue cuando Samuel escribió su numero de teléfono:

- No se lo des a nadie, escríbeme y envíame tú cuenta, te depositaré dinero.

- No es necesario, no hice esto en busca de dinero.- Respondió humildemente el hombre. A lo que Samuel respondió:

- Lo sé, y por eso mismo quiero darte ese regalo, en mi país se enseña que los regalos no se rechazan, espero que usted no haga aquello.

El hombre sonrió muy emocionado, sabía que ese dinero le sería de mucha ayuda ya que su estado económico no es del todo bueno, por lo que les dio un gran abrazo de agradecimiento y luego los llevó con la policía para que se vayan rumbo al hospital.

The BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora