Realidad no tan deseada (Era de los merodeadores)

13. La decepción, la traición

Un día antes de las vacaciones de Pascua, Regulus me dijo que Sirius quería despedirse de mí antes de ir a tomar el tren a Hogsmeade, así que fui a verlo. Era la primera vez que me citaba en días.

—Quisiera quedarme... Sí, mejor me quedo —dijo.

—Tú madre te enviará un vociferador.

—Me da igual.

—Ni se te ocurra quedarte —le dijo Regulus, que estaba cerca esperándolo. Tal vez para evitar precisamente que decida no volver a su casa, de la nada.

—¿Por qué no te alejas un poco, Reggie? —le preguntó Sirius molesto con él.

—Quiero evitar que nos metas en problemas, otra vez —le respondió su hermano.

—A ti nunca te dicen nada.

—¿Qué no? Madre se enfadó conmigo por... —Regulus me miró y se calló.

—Sí, y la pagó conmigo —terminó Sirius.

—Adiós Sirius, te veo en una semana —le dije para que no pelearan delante mío, al menos.

Me despedí de Regulus también y volví dentro. Luego de la comida del medio día, había quedado con Lily... y Snape.
Actuar como si nada se me hizo imposible, así que hice un buen trabajo evitándolo lo máximo que pude en clases y en la sala común, hasta ese momento.

—Pensé que lo habías olvidado, casi no te he visto estos días —me dijo Lily al verme llegar. Habíamos quedado en la biblioteca.

—Bueno, ya estoy aquí. Empecemos.

Nos dividimos el trabajo y nos pusimos a ello en silencio, en parte porque Madame Pince detestaba el ruido, y también porque Lily se cansó de intentar charlar bajito con dos personas que le respondían con monosílabos.

—Al menos no pelearon —me dijo luego, cuando caminábamos juntas al comedor. Snape se separó de nosotras al salir de la biblioteca y yo lo agradecí bastante—. Pero casi prefiero que peleen, a que no digan nada. Me sentía muy incómoda.

«Créeme que yo lo estuve más».

—¿Qué pasó entre ustedes ahora?

—Nunca ha pasado nada entre nosotros, intenté ser su amiga al comienzo del año escolar y ahí quedó todo.

—Ya, pero aveces los veo juntos, luego peleados y ahora actúan indiferentes.

«Todo eso solo es culpa de su actitud».

—¿Entonces? —insistió Lily.

—Ni idea, enserio.

Dejamos a Snape de lado y Lily me preguntó:

—¿Me respondes algo sin enfadarte?

—¿Qué cosa?

—Tú y Sirius... ya sabes...

Volteé a mirarla mientras caminaba, y ella miró al frente rápidamente. ¿Y dale con eso?