20. Veo gente insegura

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—Creo que ya tuvimos una conversación parecida el año pasado... —dijo Regulus, antes de suspirar.

—Hablo en serio...

—¿Me matará mi hermano?

—¿Qué?...

—¿No será así? —preguntó con sarcasmo.

—¿Por qué dices eso?

—Es un secreto a voces que Dumbledore es el líder de una organización que va contra el señor oscuro, y como Potter va por ahí contando que quiere unirse... claramente arrastrará a Sirius con él.

Miró mi cara confundida y se rio.

—¿Esa no era tu predicción? —preguntó bromeando.

Era obvio que no me estaba tomando en serio.

Paré de caminar y tiré de su mano para detenerlo.

Miró nuestras manos extrañado y luego a mí, puso cara de confusión cuando no dije nada por un largo rato.

«¿Debería contarle? ¿Cambiaría algo contarle? ¿Y si todo cambiaba?»

Pues esa era la idea, pensé al final. Pero no dije nada.

Tenía miedo de empeorar las cosas y de que dejara de ser mi amigo, por la razón que sea, y yo ya no pudiera estar ahí para ayudarlo.

—Regulus... si alguna vez necesitas a alguien, para lo que sea que quieras hacer... voy a estar contigo, ¿de acuerdo?

—¿Qué te pasa? —Se veía muy confundido.

—Solo recuérdalo...

—Creo que es la primera vez que te veo ponerte seria voluntariamente...

—Increíble, ¿no? Volvamos antes de que nos caiga un rayo.

* * *

Un par de días después, Sirius se sentó al frente mío, en el desayuno, en la mesa de Slytherin, con Severus a mi lado. Me quedé viéndolo sin saber como reaccionar.

Levantó una ceja sonriendo y luego agarró mi copa para beber de ella.

—¿Qué? Hemos compartido más que esto antes —dijo al ver mi expresión cuando levantó la copa de la mesa.

No giré a ver la de Severus, tampoco Sirius le prestó atención, actuó como si no estuviera.

Me fijé que todos los Slytherin en la mesa nos miraban y una parte de los Ravenclaw, en la mesa de al lado.

—¿Qué quieres?... —le pregunté.

—Hablar contigo.

—¿Sobre qué?

—Verás... estás complicando todo. Deja de decirle cosas sin sentido a Peter y Remus.

—Ya ni siquiera les hablo, no tienes que preocuparte.

Dejó la copa en su lugar y sin soltarla me miró seriamente y me dijo:

—¿Qué estás haciendo?

—No sé a que te refieres.

—James dice que nos engañaste a todos.

—James es un idiota.

Bufó, riendo.

—Todos lo fuimos.

Volvió a mirarme, parecía que no tenía la intención de irse, le devolví la mirada.

—Lárgate si ya terminaste —dijo Severus.

—¡Oh, Quejicus! ¿Estabas aquí? —preguntó como si recién se hubiera dado cuenta de su existencia— ¿Por qué tan agresivo? No veo a Avery ni a Mulciber cerca para vengarte por si no puedes contra mí.

Realidad no tan deseada (Era de los merodeadores)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora