One~Shot's [Rosé x BTS]

One~Shot 05.

— Vamos apresurate.— dijo en un susurro.

— Esperame.— respondió de igual manera.

Ambos se encontraban caminando por aquel extenso pasillo tratando de no hacer demasiado ruido.

— Sigo creyendo que esto es mala idea.

Ella freno su caminar y volteo el rostro para mirar al chico castaño.

— Entonces vete.— Respondió ella con simpleza.

— Vamos no te enojes, sólo no quiero ser castigado.

— No pasará nada siempre y cuando no hagas ruido.— Sonrió y volvió su vista al frente.

Él sin mas opción soltó un suave suspiro y siguió a la pequeña castaña frente a él.

Antes de doblar en una esquina ella asomó su cabeza para asegurase que no hubiera nadie.

Sin moros a la vista siguió avanzando con el castaño siguiéndola muy de cerca.

— ¿En serio es muy necesario hacer esto?.

— Te acabo de dar la opción de que podrías irte, no estás siendo obligado a seguirme.— respondió ella sin dejar de caminar.

— Ya lo sé pero no quiero que nos castiguen a ambos, ya sabes lo que pasará si nos encuentran haciendo esto.

Ella nuevamente detuvo su andar y volteó su cuerpo para quedar frente a frente con aquel chico pelinegro.

— Primero, no nos descubrirán siempre y cuando no hagas ruido, segundo nadie te obliga a hacerlo, tercero siempre hago esto sola y hasta ahora no he sido descubierta y cuarto si tienes miedo simplemente vete a tu habitación. — dijo ella para después volver a su posición principal y seguir su caminó.

Él se quedó de pie en su mismo sitio, tenía tantas de ganas de regresar a su cama y no estar siguiéndola a ella, pero no podía quería experimentar esa pequeña adrenalina de hacer aquella travesura.

Además aquellos castigos no eran tan malos después de todo así que sin más se dispuso a seguir a su loca compañera.

— ¿En serio siempre haces esto?.— pregunto una vez la alcanzó.

Ella en cuanto escuchó su voz dió un pequeño brinco que detuvo su andar, llevo una mano al pecho y giro la mitad de su cuerpo viendo al chico tras ella.

— No hagas eso, casi provocas que grite. — le regaño en un susurró.

— Lo siento.— respondió él mientras reía muy bajo.

Después de ese susto ambos siguieron su caminó.

— ¿Entonces?.

— ¿Entonces que?.

— ¿Siempre haces esto?.

— No siempre, solo a veces cuando tengo hambre.

— Pero está contra las reglas.

— Lo sé pero las reglas se hicieron para romperse.

— Esa respuesta es muy cliché.

— Bueno lo que pasa es que aquí nos dan muy poco de comer y yo no logro llenarme con lo que me dan por eso hago esto.

— Ya veo, bueno para la próxima si quieres puedo compartir mi comida contigo, así no tendrás que salir en las noches en busca de algo para satisfacer tu estómago.

— Eso es muy dulce de tu parte, pero no es necesario te digo que aquí sirven muy poco, así que si me compartes tu comida serás tú quién después tenga que salir en busca de alimentos.