One~Shot's [Rosé x BTS]

One~Shot 06.

—¿Donde estarás?.— se preguntó a si misma aquella bonita castaña.

Llevaba casi toda la mañana buscándolo por toda la casa.

— Hay no puede ser. — dijo al tiempo que frotaba su rostro con ambas manos.

Soltó un suspiro y fue directo a la parte alta de la casa.

— A lo mejor salió a tomar el sol. — dijo subiendo los escalones.

Abrió la puerta y salió a la azotea.

Miro todo al rededor pero no había rastro alguno de aquella bola de pelos.

Ella estaba buscando a su mascota la cuál era un gato que hace un año había adoptado.

Se acercó a la barda de concreto para poder observar al otro lado pero no había rastro de ningún gato.

Anteriormente cuándo desaparecía regresaba dos días después pero ahora ya llevaba mas de cuatro días y Rosé estaba muy preocupada.

¿Que podría hacer?.

¿Como salir a buscarlo?.

Suspiro con sus manos en la cintura y con una última mirada decidió regresar adentro.

— Tal vez regresa mas tarde. — dijo mientras cerraba la puerta tras de si y comenzaba a bajar los escalones.

Cuando estuvo en la cocina se le ocurrió que tal vez estuviera con algún vecino.

Así que se dirigió a la salida de la casa, tomó sus llaves que estaban colgadas tras la puerta y salió en busca de su adorado gatito.

No podía dejarlo así, era muy preciado para ella.

Llego frente a la puerta y tocó tres veces, espero un momento y en seguida fue abierta la puerta mostrando una bonita chica de pelo negro.

— Buenas tardes, ¿Puedo ayudarte en algo?.— pregunto amablemente la pelinegra.

— Hola buenas tardes, disculpa molestar pero hace unos días mi gato no aparece y pensé que tal vez estuviera por aquí. — dijo Rosé con un ligero rubor debido a la vergüenza que sentía.

— Es una pena no poder ayudarte pero no hay gatos aquí, lo siento mucho. — se disculpo la pelinegra con cara de pena.

— No te preocupes esta bien, muchas gracias y disculpa las molestias. — Agradeció Rosé con una pequeña reverencia y se dirigió con su siguiente vecino.

Sin ánimos regreso a casa después de un rato.

Al parecer ninguno de sus vecinos había visto al gato rondar por ahí.

Entro a casa y se recargo en la puerta, se sentía muy triste el no poder haber encontrado a su gato.

Escucho un ruido en la cocina y con sigilo se acerco poco a poco al lugar.

Asomo un poco la cabeza pero no había nadie ahí, oyó nuevamente el ruido y tomando la escoba que estaba cerca de la puerta de la cocina se acerco al lugar donde provenía el ruido.

Una vez cerca salió para sorprender a quien sea que haya invadido su casa.

Y tanto ella como aquel que invadió la casa brincaron del susto, ella gritando.

Vio detenidamente al animal frente a ella y grito de alegría.

Aquel animal era su bonito gato.

Lo tomo entre brazos y comenzó a acariciar su suave pelaje ignorando por completo aquel collar que estaba al rededor del cuello del animal.

Collar que ella jamás colocó.